El único vínculo real que tiene el bebé cuando nace es su madre. Es la presencia que conoce y le tranquiliza, el latido de su corazón ha sido su banda sonora y los movimientos de su madre los suyos propios. Su voz y su sola presencia es lo único que necesita para sentirse tranquilo y a gusto.
Si tenemos en cuenta todo esto no puede resultar más normal que el niño llore cuando su madre no esté presente.
Hay que comprender que el bebé no sabe nada del mundo que le rodea, para él lo que no ve no existe, no puede entender que su madre solo ha ido a la habitación de al lado, ¿y si no vuelve? Entonces llora. Poco a poco, con el tiempo, irá aprendiendo que hay situaciones en las que aunque no vea a su madre ella volverá pronto y no llorará igual. Sabe que su madre está en la cocina o en el baño porque identifica los ruidos y aunque seguramente proteste, no será un llanto intenso.
No es lo mismo estar en otra parte de la casa que salir de casa
La cosa cambia cuando su madre se va por la puerta, aquí será difícil calmarlo y es un mal trago por el que antes o después hay que pasar. Es especialmente dura la vuelta al trabajo después de la baja maternal. El bebé aún es pequeño y le cuesta aceptar que su madre se aleje tanto tiempo de su lado. Por eso podemos ir acostumbrándolo poco a poco, con pequeñas ausencias, mamá se va, pero vuelve pronto. También es recomendable en estos primeros días dejar al bebé con alguien con quien tenga buena relación, puede ser la abuela, el abuelo o la tía. Si se queda con una personas querida no echará tanto a faltar a su madre.
No debemos olvidar que el lloro es a su vez un mecanismo de defensa. Los bebés no lloran por fastidiar o porque sean unos caprichosos, sobre todo si hablamos de los primeros meses. Es un mecanismo impreso en el código genético desde que los hombres caminan por la tierra. El llanto era el único modo de alertar a una madre que estaba en el campo o haciendo otras labores de que algo no iba bien. En la ley de la selva al que no lloraba no le esperaba un gran futuro.
Con el tiempo los lloros del bebé disminuirán progresivamente
Con el paso de los meses la ausencia de la madre se irá soportando mejor, pero debemos saber que nunca será del todo aceptada e incluso puede que el bebé muestre cierto rechazo a la madre cuando esta vuelve a su lado. Lo que puede hacer es prestarle toda su atención cuando esté con él. También es bueno hablarle y explicarle la situación, no va a entenderlo todo, pero sí le quedará claro que su madre le quiere y se preocupa por él aunque no esté todo el tiempo a su lado.
Hay también una serie de actividades a las que podemos jugar para que se acostumbre a las ausencias. Por ejemplo escondernos tras un pañuelo y luego aparecer, así el bebé aprende que no hay nada que temer. También podemos alejarnos de su lado mientras mantenemos el contacto visual y le hablamos.
Los lloros serán muy difíciles de evitar habrá que tener paciencia, comprenderlos y pasar el máximo tiempo posible con el bebé.