Mi marido suele ir a pasear al bosque. Es una de las ventajas de vivir en una pequeña ciudad. En menos que canta un gallo te plantas, nunca mejor dicho, en medio de los árboles frondosos y ahí te extasías y respiras por fin aire puro. ¿Es el bosque, sin embargo, solamente espacio de solaz y paseo para los urbanitas que necesitan desintoxicarse?
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