Cuando el Presidente y el Vicepresidente de los Estados Unidos no ganaron unas elecciones

Publicado el 23 noviembre 2016 por Desequilibros
Entre 1974 y 1977 ni el Presidente ni el Vicepresidente en ejercicio de los Estados Unidos habían sido elegidos directamente en unas elecciones.

Gerald Ford y Nelson Rockefeller

Las dimisiones de los vencedores de las anteriores presidenciales, el Vicepresidente Agnew, primero, y del Presidente Nixon después, obligaron a la aplicación de la recién aprobada vigésimo quinta enmienda y provocaron esta anómala situación.
Gerald Ford y Nelson Rockefeller fueron los beneficiados.
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El particular sistema electoral estadounidense (y el criterio de los votantes, aunque no lo compartamos) ha permitido la elección de Donald Trump como nuevo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Y junto a él, porque se presentan en tándem, la del vicepresidente, Mike Pence.
Y esto es siempre así: Presidente y Vicepresidente salen elegidos el mismo día y toman posesión el mismo día, como consecuencia del mandato popular plasmado en las elecciones presidenciales que tienen lugar cada cuatro años, indefectiblemente.
Pero incluso en los EE.UU., a veces, se producen anomalías. Como la que se produjo en 1974, cuando los Presidente y Vicepresidente en ejercicio ostentaron el cargo sin haber pasado por las urnas.
Veamos.

Spiro Agnew

La vigésimo quinta enmienda de la Constitución estadounidense, de las 27 que se han introducido desde su aprobación en 1787, estableció, solo en 1967, el procedimiento por el que se regulaba la sucesión de Presidente y Vicepresidente en caso de que el puesto quedase vacante entre periodos electorales. Y ello, a raíz del asesinato de Kennedy,  para aclarar la ambigüedad de la norma anterior que no dejaba claro si el Vicepresidente ocupaba automáticamente el cargo de Presidente al cesar o fallecer el titular o si ejercía el cargo "en funciones".
Los dos primeras secciones de esta enmienda dicen textualmente:
1. En caso de que el presidente sea depuesto de su cargo, o en caso de su muerte o renuncia, el vicepresidente se convertirá en presidente.

El Presidente Gerald Ford
en su toma de posesión

2. Cuando el puesto de vicepresidente estuviera vacante, el presidente nombrará un vicepresidente que tomará posesión de su cargo al ser confirmado por voto mayoritario de ambas Cámaras del Congreso.
Richard Nixon se convirtió en el trigésimo séptimo presidente de los EE.UU. el 20 de enero (otra fecha que no varía) de 1969, tras su victoria en las presidenciales de 1968. Su vicepresidente fue Spiro Agnew, de quien seguramente nadie se acuerda fuera de Estados Unidos.
Y consiguió la reelección, con el mismo compañero de viaje, en las presidenciales de 1972. Ambos retomaron posesión de sus respectivos cargos en 20 de enero de 1973.
Pero, y ahora vienen las anomalías, Spiro Agnew, fue procesado y condenado por evasión fiscal y blanqueo de dinero, y eso provocó su dimisión el 10 de octubre de 1973, apenas un año después de su reelección. Este suceso obligó a aplicar por primera vez la vigésimo quinta enmienda, y Nixon nombró como sucesor a Gerald Ford, que no había ganado elección alguna.

Nelson Rockefeller

Escasamente un año más tarde, el 10 de agosto de 1974, el Presidente Nixon tuvo que dimitir de su cargo por los motivos que todos conocemos. Y eso aupó al Vicepresidente "inelecto" a la más alta autoridad del estado. Y de nuevo se tuvo que aplicar la vigésimo quinta enmienda para que no quedara vacante el puesto de Vicepresidente. Ford nombró para ese cargo a Nelson Rockefeller, que tampoco había pasado por la criba electoral.
En ese momento, ni el Presidente ni el Vicepresidente de los Estados Unidos habían sido elegidos directamente en las urnas. Y así fue hasta que se celebraron las siguientes elecciones presidenciales en noviembre de 1976 en las que resultó elegido el tándem Jimmy Carter - Walter Mondale.