Cuando el real de a 8 era la moneda de China

Publicado el 05 abril 2020 por Tdi @RLIBlog

En el siglo XIX, mientras en el resto de países se consolidaba el uso de las monedas únicas nacionales, en las zonas costeras del sur de China, las más comercializadas del imperio, se impuso el real de a 8.

Precedentes

A partir del siglo XIII, en China se produce una transición de un sistema de dinero fiduciario, de monedas de cobre y billetes, al dinero mercancía, en monedas de cobre frecuentemente acuñadas ilegalmente o plata en distintas formas. La plata adquiriría mayor importancia entre mediados del siglo XVI y del siglo XVII. Aunque el estado imperial no emitió moneda de plata, se consideró a este metal como el estándar monetario. Aunque durante la dinastía Qing (1644-1911) se reestableció el estándar de cobre debido a las minas de cobre en Yunnan, en 1775 las minas redujeron su producción, disminuyendo la acuñación de monedas. Su lugar fue tomado de nuevo por la plata, pero en este caso era en forma de una moneda extranjera inalterada: el real de a 8.

Dominación de la moneda española

Las monedas acuñadas durante los reinados de Carlos III y Carlos IV arrasaron a la moneda de menor valor en los mercados de las provincias costeras del sur de China durante la segunda mitad del siglo XVII, empezando con Guangdong y Fujian, y desplazaron también a otras formas de pago con plata. Su prevalencia la convirtió en el estándar monetario de facto, expresado como yuan (圓,元). La mayoría de las monedas venían de México que, al cuadruplicar su producción, suministraba el 80% de la plata mundial.

Pérdida de importancia

A finales de la década de 1830, cuando por primera vez salía de China más plata de la que entraba, coincidiendo con el aumento de su valor en Europa e India, volvió a reaparecer la moneda de cobre, aunque aún siendo minoritaria. Tres décadas después, las monedas extranjeras casi recuperaron el monopolio. El gobierno provincial de Guangdong produjo en la última década del siglo XIX los "dragones extranjeros" (龍洋, longyang) con la misma pureza y peso que las monedas españolas, perdiendo estas su importancia en la región.

Nombres

Los chinos no conocían las imágenes mostradas en las monedas ni sabían qué había escrito. Por eso decía que estaba escrito en 鬼字 ( guizi, "escritura fantasma"). Las monedas de Carlos III con las columnas de Hércules en el anverso eran conocidas como 雙柱 ( shuangzhu, "Doble pilar") o 三工 ( sangong, "Triple Gong") porque el número romano III del se parecía al carácter 工 ( gong, "trabajo"). En 1772 se alternaron las imágenes del anverso y el reverso, con un busto de Carlos III en el anverso y las columnas de Hércules integradas en el escudo Borbón, manteniéndose el diseño con Carlos IV. Entonces esta moneda recibió nombres como moneda "cabeza de Buda" ( fotou, 佛頭; fomian, 佛面 ); 四工 ( sigong, "cuatro gong"); 花邊 ( huabian, "borde-flor"), por las ranuras del canto para evidenciar cuando se ha recortado el borde o 大衣 ( dayi, "túnica grande"), para distinguirlo de las monedas de Fernando VII, llamado "túnica pequeña" porque se veía una porción menor de los hombros.

Copias

Los chinos no se sometieron sumisamente a la moneda acuñada en el extranjero. Como había abundancia de plata cuyo uso fue relegado por la moneda española, durante el reinado del emperador Qianlong se acuñaron imitaciones ( tuzhu, 土鑄 ) de mayor pureza , pero menor artesanía. Cuando tuvieron que competir con falsificaciones de menor pureza, dejó de circular porque los comerciantes preferían la moneda española.

Fuente

    Von Glahn, R. (2007). Foreign silver coins in the market culture of nineteenth century China. International Journal of Asian Studies, 4(1), 51-78.