Jim y Hilda Bloggs son dos jubilados que viven en una pequeña casa en medio del campo en Inglaterra durante la época de la Guerra Fría, el miedo a una guerra nuclear está en la radio y en los periódicos y Jim decide construir un refugio siguiendo al pie de la letra las instrucciones de unos folletos del Gobierno y el Ayuntamiento.
Esta pequeña historia contada en 1986, desde la actualidad y con perspectiva se ve de una manera muy diferente a, como me imagino, que se vería en la fecha en que se estrenó cuando aún no había caído el Muro de Berlín. Sin embargo, estoy segura de que conmueve hoy en día tanto como lo hacía por aquel entonces.
Es una historia realmente triste sobre lo que la ignorancia y la fe ciega en un gobierno pueden provocar en una pareja de ancianos aislados, las sensaciones que puede inducir esta película son muy variadas: desde rabia o angustia pasando por tristeza e incluso alguna pequeña sonrisa en algún momento.
Está realizada con una mezcla de animación e imágenes reales que llama la atención bastante porque crea un ambiente extraño, es como si esas imágenes de la realidad estuvieran ahí para sacar al espectador de la fantasía y recordarle que en realidad ocurrieron hechos parecidos aunque fuera en otro lugar y en otro tiempo.
Esta película me produjo sensaciones muy diferentes, no me resultó fácil de ver ya que los personajes me ponían muy nerviosa por su ignorancia y por su absurda confianza ciega en el Gobierno de su país. Con esto no quiero decir que sea una mala película sino que tal vez hay que verla con una predisposición diferente a la que yo tenía.