Como eje vertebral y únicos protagonistas, una pareja de ancianos, de los que veremos un dramático pasaje de sus vidas.
Previendo un inminente ataque nuclear por parte de los rusos, Jim sigue los consejos y recomendaciones de los folletines que facilita el gobierno inglés a los ciudadanos, hace acopio de provisiones, y junto con Hilda, su agradable esposa, construye un pequeño refugio en su casa, ubicada en un pueblo alejado de urbes y sin apenas habitantes.
La pareja sigue el protocolo recomendado (o eso creen ellos), pero viendo las terribles consecuencias y el previsible desenlace, Jim decide aferrarse a la rutina y proseguir con el día a día con la única intención de que su bondadosa e inocente esposa no sea consciente de la gravedad de los hechos y restarle, en la medida de lo posible, toda la importancia que pueda. Ambos comparten una mentalidad infantil (producto tanto de la vejez como de la ignorancia), que será la que determine y sentencie sus vidas (eso y un patriotismo exacerbado que no les conducirá a ninguna parte).En Cuando el Viento Sopla, como si de una obra de teatro se tratase, vemos cómo se degradan, cómo enferman y cómo se van apagando las vidas de este adorable matrimonio mientras esperan que su Gobierno tome cartas en el asunto y les preste ayuda. Cada día se convierte en un pulso contra la escasez de recursos.
Como ya comentaba al principio, la animación y de trazo de los personajes tan naïf recuerda a aquellos dibujos clásicos, que bajo la firma de Violeta Denou acabaron siendo el célebre Teo (de hecho, la obra de Raymond Briggs y de las ilustradoras que dibujaban bajo el nombre de Violeta Denou son de períodos similares).
Me ha parecido que varias conversaciones estaban fuera de tono, intentando exagerar demasiado las posturas de los personajes y llegando a cierta demagogia. Otro punto que no me ha gustado es el final, que resulta muy forzado y con demasiadas ínfulas dramáticas que hacen perder atmósfera.
Antes de despedirme, quisiera destacar la banda sonora que elaboró para la película Roger Waters, que tuvo como intérprete del tema principal al Duque Blanco y de la que os ponemos la promo:
Mi nota, sopesando sus puntos a favor y todo aquello que no me convence, es de seis esperanzados wasabis.
Esperemos que después de todo lo que ha ido sucediendo a lo largo de la Historia, seamos capaces de evitar repetir los mismos errores.