Ya se sabe el camino a la heladería
Vivimos en un barrio, que no es elegante, pero es muy lindo, tranquilo y bastante seguro. A pesar de eso, vivimos sobre una calle muy transitada, por lo que cuando salimos y mi hijo de dos años va caminando (a veces va a upa, a veces en cochecito), no lo suelto un instante, porque pasan muchos autos, colectivos y camiones y Nico puede alcanzar la velocidad de 22 metros por segundo en un segundo :) entonces tengo que tener mucho cuidado!
Cuando estamos por salir, yo le digo "vamos a la casa de los abuelos?" o "vamos de compras?", él contento, y salimos. Algunas veces, a eso de las 7 de la tarde (que ahora en primavera está tan lindo) sacamos juntos la basura (bueno, yo la saco, él me acompaña), nos quedamos un ratito en el jardín, mirando pasar los autos.
Y de golpe... me toma la mano, y me lleva... a la heladería!! tenemos una heladería relativamente cerca, a cuadra y media, y si el niño salió "vicioso" degustador de los helados, su "razón" ("culpa" de la madre) tendrá!
Lo gracioso es que no me lo hizo una vez, lo está empezando a hacer costumbre, así que ahora que de a poquito estamos entrando en el verano, me pregunto, ¿qué voy a hacer? el presupuesto no da para helado todos los días, y la verdad, tampoco me parece lo más sano...
También cuando volvemos de la guardería sabe dónde queda la panadería, pero eso es otro tema jaja!!