Cuando en España había carreras cada semana

Por Rafael @merkabici
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A lo mejor los aficionados más jóvenes no se lo creen, pero hubo un momento en el cual en España había una carrera ciclista profesional casi cada día, y desde luego, todos los fines de semana del calendario oficial.

Parece difícil de asimilar para quienes han visto cómo la única tendencia es hacia la desaparición de carreras y pruebas por etapas, hacia el recorte de días de competición, hacia as participaciones cada vez más pobres. Pero eso no fue siempre así. Entre los años ochenta y noventa España tenía un riquísimo calendario que se extendía desde la Challenge de Mallorca en febrero hasta la Escalada a Montjuic, en pleno octubre, cubriendo toda la temporada ciclista.

Hampsten dejó una gesta para el recuerdo en la Volta a Galicia

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Muchas de ellas ya no existen hoy en día. Pruebas por etapas legendarias, llenas de historia, como la extinta Vuelta a Cantabria, que hizo de la llegada al Pico Jano uno de los momentos más vibrantes del calendario español cada año, o la Volta a Galicia, donde llegó a triunfar Miguel Indurain, y donde en 1993 Andrew Hampsten dejó una exhibición antológica para el recuerdo en el durísimo puerto de Cabeza de Manzaneda, o incluso la Vuelta a los Valles Mineros, donde el campeón navarro dejó algunos de sus grandes días de ciclismo. Otras se tuvieron que reconvertir, como la extinta Euskal Bizikleta, una carrera histórica que vio desde siempre a los mejores escaladores del mundo en la línea de salida y que hace años tomó la decisión de fusionarse con la Vuelta al País Vasco para no desaparecer. O la Vuelta a Asturias, que vio reducida su duración para no desaparecer. O la Volta a Catalunya, decana del calendario estatal, que debió de cambiar sus tradicionales fechas de septiembre para pasar a mayo y encontrar un hueco cada vez más importante en el calendario internacional.

El Circuito Montañes es semillero de campeones

Por último, hay carreras que se han visto abocadas a la desaparición en estos últimos años, pruebas como la Vuelta a la Rioja, que ahora se celebra en forma de clásica; la Vuelta a los puertos de Guadarrama, que llegó a ser un pequeño Criterium Internacional en España y que hoy en día está casi olvidada, o la Vuelta a Aragón, piedra de toque de principio de temporada y cuyo recuerdo aun perdura en el aficionado. Eso por no contar con las pruebas de un día, como la clásica Sabiñanigo-Zaragoza, la clásica de Santander, el Cinturón del Norte o la Klasika de Ordizia; o las pruebas amateurs, donde el panorama es aun más desolador, con el legendario Circuito Montañés como punta de lanza de las pruebas desparecidas, un Circuito que era considerado como la tercera grande del panorama amateur europeo (con Tour del Porvenir y Girino), y donde triunfaron ciclistas del calibre de José María Jiménez.