Cuando esperaba palabras de odio me diste amor, y nada dolió más que aquello.Nada fue más insoportable que saber que tenía algo que no merecía, que cambiaras gritos por poesía y que me dedicaras frases de libros en las que yo no me reconocía. Nunca deseé tanto que me odiaran, nunca quise pagar tan desesperadamente por mis errores.Dicen que se necesita tiempo para recibir perdones pero, ¿qué ha de pasar para perdonarse a uno mismo? Todos tenemos heridas, recientes o antiguas; más superficiales o más profundas. Y dime, ¿qué haces cuando no reconoces la piel sana de la piel quemada? ¿qué haces cuando tienes un agujero por alma y una estaca por corazón? No me digas que tengo que esperar, porque para entonces ya tampoco será sangre lo que corra por mis venas. No me digas que me haga amiga del tiempo, cuando siempre ha sido mi enemigo. No me digas que lo olvide cuando ya no recuerdo quién era antes.
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