Pero ¿cuándo entra la creatividad hoy en la empresa como una herramienta innovadora? Si buscamos un ejemplo que represente la innovación como avance en la Historia, Thomas Alva Edison es nuestro hombre, su invulnerabilidad ante el desaliento fue clave a la hora de convertirse en una de las personas más influyentes en Estados Unidos y en el mundo. Puede que si de niño sus padres hubieran reprimido su creatividad, nuestra vida y la suya hubiera sido diferente. Espacios comoNeuronilla, llevan más de una década recordando a empresas y a particulares que innovar a través de la creatividad es práctico y necesario.
Abrir las ventanas de las organizaciones
Por fortuna son muchas las empresas grandes y pequeñas las que comprenden que invertir en creatividad es rentable. En el caso de las pymes, donde se tiende a pensar que invierten menos en este tipo de servicios, encontramos ejemplos donde muchas comprenden que el objetivo de la creatividad como formación es una ayuda para fortalecer su situación competitiva apoyando la implementación de proyectos de innovación y cooperación empresarial. Es decir, ayuda a posicionarse y destacar entre las grandes empresas.
En definitiva,se trata de abrir las ventanas para dejar que las ideas, la imaginación y la innovación a través de técnicas creativas penetren en los equipos de trabajo. El valor más importante de una empresa está en las ideas de sus componentes. Si todos los días hacemos lo mismo y ante la crisis económica, no cambiamos nuestro modelo de negocio será difícil que los resultados económicos se modifiquen.
Uno de los puntos a destacar y que llaman mi atención de la Fundación Neuronilla, es una de sus propuestas, la que mayor reclamo tienen por parte de las empresas:
Una formación práctica para optimizar el potencial creativo de cara a la innovación de profesionales y equipos
Según explican: en poco tiempo se consiguen resultados visibles puesto que con esta formación se parte de las capacidades que ya tienen las personas (todos somos creativos) pero aporta recursos para canalizar de forma eficaz esas ideas dormidas, y que pueden ser de ayuda a la empresa. En este ámbito la escucha activa por parte de todos los mandos es fundamental.
Siempre he opinado que la creatividad es práctica. En el caso que mencionaba al principio de Edison, hallamos una prueba en la que no cabe discusión alguna. Este hombre se formó a nivel educativo en su casa gracias a su madre, no llevó una vida normal, o al menos convencional, y a pesar de ello o quizás por esa razón, gozó de más tiempo para trabajar e investigar en sus proyectos sin estar “contaminado” por ideas establecidas.
Está comprobado que cuando nos salimos del camino, y el pensamiento lateral entra en acción somos capaces de descubrir otras habilidades personales, más allá de lo que hemos aprendido o estudiado.
En este tipo de empresas dedicadas a la gimnasia cerebral, se persigue la generación de ideas sobre objetivos reales que tenga una organización
Alguno de los beneficios que se obtienen en sus cursos son:
- Se fortalecen habilidades y actitudes personales para la creatividad.
- Se generan estrategias de trabajo creativo en equipo de cara a la innovación.
- Se generan ideas sobre objetivos concretos de interés para la organización.
- Se aprenden técnicas de creatividad.
- Se desarrolla una actitud proactiva y la toma de iniciativas.
- Se incrementa la motivación, implicación, disfrute y satisfacción con el trabajo.
Un estilo propio
Si tanto como empresa o a nivel individual queremos diferenciarnos del resto, tenemos que ahondar en nuestra imaginación, no quedarnos con la primera idea, buscar un lugar donde podamos ser únicos, aunque parezca que el mercado está saturado siempre existe ese nicho donde destacar.
Lo que ocurre es que para encontrar ese espacio, debemos estar despiertos, atentos y sobre todo ser capaces de ofrecer servicios con un valor añadido que seduzca a nuestros clientes, cuyo fin sea práctico. Es lógico que la “Fundación Neuronilla para la Creatividad e Innovación“ se dediquen a estimular el potencial creativo a través de la formación y a más de 120 empresas, instituciones públicas y ONG’s. La rutina empresarial, en ocasiones, corta las alas o no deja tiempo para la inventiva.
Si bien antaño inventar era un oficio que repercutía en la sociedad, ahora, se ve como un bien minoritario y en este país no se le pone fácil al que genera nuevos productos o servicios. En Estados Unidos, sin embargo además de en las personas se cree en las ideas. Se apuesta y se invierte dinero en ambas. Por esta razón, y ante tanto obstáculo, resulta alentador que durante un tiempo los gerentes ofrezcan formación en creatividad,que no es otra cosa que formación en la libertad para generar nuevas ideas y refrescar el ambiente profesional para un bien común.
La inteligencia emocional, la motivación, la felicidad, aunque suenen a utopías son más que necesarias para el éxito de un proyecto. Podemos tener toda la tecnología a nuestro alcance, el mejor marketing, una publicidad excelente pero si no contamos con ideas de peso ¿qué vamos a vender?