Cuando la Iglesia bachaqueó condones

José Sant Roz.

Hace año medio atrás, la Conferencia Episcopal Venezolana (la Obispera o la CEV), la misma que le sobaba las enhiestas crestas a Jaime Lusinchi, y la misma que decía que la barragana Blanca Ibáñez debía ser beatificada (por ser benefactora de los obispos venezolanos), llegó a gritar a los cuatro vientos: “!cómo era posible no se consiga whisky fino ni vino para sazonar las reuniones y abrir el apetito en los encuentros familiares!”.
Porque la cúpula eclesiástica considera que la gente que jala caña en familia permanece unida, ellos tan duchos en el arte del buen comer y el buen libar vino…
Protestó esa cúpula como sabe hacerlo en sus conmociones litúrgicas, porque no se encontraban condones ni papel tualé. Así lo expresaron en varias homilías y sobre la marcha se dio a la tarea de conformar grupos de bachaqueros para que acapararan y vendiera bien caro estos productos. Varios monaguillos y seminaristas, fueron encontrados con rumas de paquetes de condones por los alrededores de la catedral de Mérida con las siguientes marcas Night Light / Durex High Sensation, Trojan Supra BareSkin Lubricated, Night Light, ONE Pleasure Dome, LifeStyles Ultra Lubricated, GLYDE Ultra, Trojan Her Pleasure Sensations con Spermicidal Lubricant,…
Posteriormente, esa misma CEV clamó porque se abriera la frontera por razones humanitarias: y era precisamente porque estaba urgida de coleccionar condones a granel y repartirlos en lugar de hostias (porque y que harina de trigo no había).
Con los anaqueles de su casa parroquial llena de condones, Monseñor Ubaldo Santana, Arzobispo de la Arquidiócesis de Maracaibo, leyó el martes 12 de julio de 2017 un comunicado en el que la Iglesia fijaba posición sobre la crisis “de libido” que sufría el país. Gritaba para ese entonces la obispera: “la crisis orgánica y moral es mayor que la crisis económica y política, ¿qué hacen tantas niñas sin poder protegerse del embarazo precoz cuando es tan difícil conseguir leche, vacunas o pañales?”.
Sigue diciendo el documento: “La corrupción se ha incrementado en los organismos del Estado y la descomposición moral ha invadido a muchas personas integrantes de instituciones privadas y públicas, civiles y militares, así como a amplios componentes de la sociedad (…) un exponente de esta degradación moral es la reventa de productos llamada comúnmente bachaqueo que ha hecho imposible que las parejas que no desean traer en este momento niños en esta situación no pueda encontrar “paraguas” en medio de tanta “lluvia”.
El aquel momento, la CEV ratificaba en su exhorto que el diálogo era la única salida y reiteraban (con o sin condón) la disposición de la Iglesia a servir de canal para un diálogo entre Gobierno y oposición. Insistían por todo el cañón: “No se puede dialogar si no se reconoce en primer lugar la existencia y la igualdad del otro, ignorarlo o descalificarlo como interlocutor cierra toda posibilidad de superar el conflicto”.
Seguía en el comunicado con su cantaleta: “Ha disminuido drásticamente la calidad de vida. La escases y carestía de alimentos, medicinas e insumos hospitalarios está llevando al borde de una crisis de seguridad alimentaria y sanitaria con consecuencias impredecibles”, expresó el exhorto.
No dijo la CEV absolutamente nada sobre la quema de 22 negros por Altamira y sus alrededores, pero eso sí, se mostraba ardorosamente preocupada porque en la vida pública crecía “la inseguridad, la impunidad y la represión militar, y multitud de niñas en estado interesante…”.
Para nada mencionó el asesinato de Guardias naciones y chavistas; la quema de instituciones pública, cientos de buses, universidades, CDI’s, estaciones del metro y del trolebús, cavas con comida, camiones cisterna con gasolina y gas pero se afincó en que el “discurso belicista y agresivo de la dirigencia oficial hace cada día más difícil la vida, la prédica constante de odio, la criminalización y castigo de toda disidencia afectan a la familia y las relaciones sociales (…), y pensar que ahora la carencia de sucedáneos para evitar que el goce de la actividad sexual, se vea seriamente afectada por un embarazo no deseado…”.
Insistía el documento que ya la gente no tenía en qué entretenerse, y que el auge de la delincuencia y de la impunidad provocando verdaderos toques de queda impulsa a la gente a tener más relaciones sin la debida protección…”.
El tal Sequera aprovechó para hablar del caso de tres seminaristas menores de edad en Mérida, quienes fueron golpeados y desnudados, “violando sus derechos a la dignidad y el respeto, sin que ninguna autoridad pública interviniera para protegerlos”. Luego el mundo entero supo que Lilian Tintori en declaraciones públicas aseguró que los tales seminaristas eran activistas de Voluntad Popular.
El último clamor de la CEV en su comunicado fue: “Es una necesidad que se abra la frontera colombo-venezolana porque por ahí nos llegan los artículos que tranquilizan las relaciones entre las parejas, sin la tensión y el sobresalto enajenante de alguna locura inesperada… Se invita a los venezolanos a sumarse a la jornada de ayuno para pedir por la paz, el goce y sosiego que reclaman los buenos samaritanos cuando quieran divertirse…”.
Vaya, vaya,…

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

jsantroz@gmail.com @jsantroz

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