Cuando la televisión resuelve crímenes - The Jinx

Publicado el 02 abril 2015 por Reino Reino De Series @reinodeseries


Pocos momentos televisivos de este año podrán superar la emisión en EEUU del documental The Jinx, una historia que sin duda no tiene desperdicio. Robert Durst, heredero de un imperio inmobiliario de Nueva York, acaba de dar con sus huesos en la cárcel tras confesar en una serie documental de la HBO que es culpable de tres asesinatos que han traído a la policía de cabeza durante años.
Lo hizo en The Jinx: The Life and Deaths of Robert Durst (actualmente en Canal + Series), una docuserie de seis capítulos dirigida por Andrew Jarecki y Marc Smerling, en horario de máxima audiencia y ante los atónitos ojos de millones de espectadores. 

Este multimillonario, cuya insólita historia ha dado para decenas de artículos de prensa, programas de televisión, una película (Todas las cosas buenas, dirigida por el propio Jarecki) y cuatro libros, lleva en el punto de mira de la policía desde 1982. Primero por la desaparición de su esposa, Kathleen. Y después por los asesinatos de su vecino Morris Black y su amiga Susan Berman, de los que siempre ha sido sospechoso.
Este apelativo siempre ha acompañado al amigo Durst, que lleva más de 30 años escurriéndose de la justicia. Ahora, tras diez años de investigación los directores podrían haber resuelto uno de los casos más polémicos y mediáticos de las últimas décadas en EEUU.
Hay que empezar diciendo que fue el propio Durst el que llamó a Andrew Jarecki para proponerle ser entrevistado y que esto fue el germen del documental. Al parecer, vio en el cine la película sobre su vida dirigida por Jarecki, y quiso ofrecerle la posibilidad de contar con su testimonio para explicar los hechos según su punto de vista en un formato más realista. Sobra decir que la vanidad también tuvo algo que ver.

Grabando con Andrew Jarecki

En el documental, Durst (que tiene ya 71 años) se presenta como un hombrecillo espeluznante, pálido y raro, muy raro, que nos va narrando su historia con frialdad quirúrgica. La entrevista vertebra los seis capítulos de la serie, que se dedican a la investigación de los hechos, testimonios de familiares y testigos, y reconstrucciones que dejan entrever qué hay en la mente de este extravagante personaje y su posible vínculo con cada asesinato.
Repleto de momentos inquietantes, el documentaltrata de ser serio y preciso, huyendo de juicios preestablecidos. Se basa en los hechos y las pruebas, y construye una atmósfera realmente inquietante alrededor de un tipo bastante desagradable, que afirma su inocencia en todo momento, y ante el que no se toma partido hasta el final. De esta forma, es el espectador el que juzga lo que está viendo.
¿Puede considerarse spoiler cuando su caso ha aparecido en todos los medios? Por si acaso estáis avisados... (Spoilers a partir de aquí)
Además de los dedicados a la entrevista, el cuarto episodio, que narra el increíble juicio celebrado contra Durst en 2003, merece una mención especial. En él, fue declarado inocente del homicidio del vecino, a pesar de quedar probado que descuartizó el cadáver. Esto ocurrió en Texas, donde vivió unos meses huyendo del acoso de la prensa, adoptando la identidad de una mujer mayor... muda. Ni el capítulo más loco de Scandal puede mejorar la realidad.

Pero por si todo esto no pudiera ser más increible, la docuserie tuvo un giro inesperado pocas horas antes de la emisión del final de la serie en EEUU, con la detención de Durst por el asesinato de Susan Berman. En los ultimos minutos del sexto capítulo se había producido su confesión involuntaria, al susurrar en el baño que cometió todos los crímenes de los que se le acusa, con el micrófono aún encendido, y logrando un momento televisivo histórico.

Con Kathleen Durst

La confesión ha generado gran polémica en todos los medios, y no sólo por la declaración de culpabilidad y la resolución de un caso que ha traído a la policía de cabeza durante décadas. También por el uso de las pruebas por parte de los responsables del documental, cuestionando el tiempo que pasó desde que HBO supo de la confesión hasta que fue a la policía, o si se puso en peligro a otras personas dejando que Durst siguiera en libertad.

Durst con Susan Berman

Lo más sorprendente de todo este asunto es que desde el principio fue el propio Durst el que contactó con Jarecki y el que ha provocado la revisión de su caso, tras esquivar a la policía durante años. Su deseo de volver a estar en el candelero ha provocado un giro en los acontecimientos que le ha llevado a la cárcel, donde permanece ahora a la espera de juicio. 
The Jinx es un documental brillante que refleja con absoluta crudeza la hipocresía, la doble moral y los manejos de la justicia en favor de los más poderosos en Estados Unidos. Con un final estremecedor, ahora queda por ver cómo se resuelve en los tribunales. En este caso, la realidad siempre puede superar a la ficción.