Pero, eh aquí que la noche del 24 de enero, los responsables de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga se reúnen de urgencia con el presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo, y con el alcalde de la ciudad, Francisco de La Torre (PP). Y os dos políticos lanzan una campaña para recoger firmas contra el tren en superficie en el centro de la ciudad. “Queremos un metro –reclaman–, no un tranvía”, pese a que serán las mismas máquinas y las mismas vías, vayan enterradas o no. En ellos se apoya la Agrupación de Cofradías, que, en un texto titulado “Apoyo al Metro soterrado” denuncia que el metro en superficie “afectaría de forma considerable e irreversible a los desfiles procesionales” de la Semana Santa. Para los cofrades, apoyados por el alcalde de Málaga, el proyecto es inasumible. “No sólo cambiaría sustancialmente la imagen de parte del recorrido oficial de nuestras cofradías, sino que podría impedir el normal desarrollo de nuestra Semana Santa que exportamos al resto del mundo, con todo lo que ello conlleva”, reza el comunicado. Los técnicos de la Junta concluirán sus cálculos en abril y se los presentarán al alcalde, que ya ha dicho que acudirá a los tribunales si el metro no es subterráneo.
“Cuando vi el otro día el cartel de la Semana Santa de 2013 –dice Bendodo, que alega los problemas de tráfico provocados por el tranvía– lo primero que me vino a la cabeza es que esa imagen será irrepetible si cedemos a que la Junta haga un tranvía en superficie. Contamos con un patrimonio cultural, histórico y de una gran importancia para el turismo que al menos yo no quiero ver procesionar con catenarias de fondo”. De este modo, un debate sobre el modelo de ciudad, se convierte en una discusión religiosa entre tres partidos políticos muy diferentes (PSOE, PP e IU) mientras que los técnicos desaparecen del primer plano En Jaén, una batalla política similar ha hecho que el tranvía esté parado desde mayo de 2011, pese a haberse invertido en él más de 100 millones de euros.
La ONG Ecologistas en Acción aplaude el proyecto de tranvía en superficie propuesto por la Junta. Salvador Arijo, profesor de microbiología de la Universidad de Málaga y portavoz de Ecologistas en Acción en la ciudad, cree que el tranvía competirá por el espacio con los coches, lo que “no sólo no será un inconveniente, sino que permitirá otro concepto de movilidad”. Su organización plantea la creación de aparcamientos en la periferia de la ciudad y el fomento del transporte al centro en medios colectivos, en bicicleta o caminando, como se ha hecho, por ejemplo, en Burdeos. Arijo no entiende los argumentos del Ayuntamiento de Málaga en contra del tranvía y a favor del metro soterrado. “Me parece de vergüenza que esta gente juegue con el dinero de todos los españoles por unas procesiones que sólo habría que desviar”, sentencia. El ingeniero Óscar Martínez Álvaro apunta que ni siquiera haría falta desviarlas, ya que existen modelos de tranvía sin catenaria e incluso catenarias desmontables. Para él, el tranvía no es un obstáculo insalvable para María Santísima, Reina de los Cielos y el Santísimo Cristo Resucitado. Otra cosa son las excusas propuestas por la derecha.