“¿Por qué no escribes un post para mi blog? Ahora que tienes más tiempo.”Así, con esta frase que puede parecer tan inocente, se desata, una vez más, el infierno para todos los #maridosde.Una tarde cualquiera, tú leyendo el periódico, y ella que te lo suelta.
- “Vale, en cuanto pueda me pongo” - Contestas… y ahí empieza todo...Ya está. Con esa pregunta de sólo dos palabras fue cuando sentí que me había caído a un inmenso charco de barro. Y encima, le miré a los ojos. Recordad, otros #maridosde, nunca, nunca, tenemos que mirarles a los ojos.
- No mira, si ése es el interés que tienes, tampoco hace falta”… -¿pero qué he dicho yo? si he dicho que sí...
- No, de verdad que sí, pero dime algún tema, ¿con qué estáis ahora?
- Oye, a ver de qué vas a hablar, que te conozco.
- Por eso, dime los temas para poder dar mi opinión o…
- Pues mira, fue trending topic en un evento el otro día tema lo de dar el pecho, cuándo introducir los sólidos, la Psoriasis...
- ...
- ¿En serio?
A partir de ahí empezó una disertación sobre todos esos temas, sus detractores/defensores, y yo en medio. Soy incapaz de repetir o incluso resumir alguna cosa de las que me dijo, pero traté de salir como pude:
- No cariño, que no digo que no sean importantes, pero ya sabes que son temas que yo no sigo mucho.Y podía haberlo dejado, pero mira por donde traté de hacer una gracieta… ¿cómo se me pudo ocurrir? Parezco nuevo en esto de mi relación con blogueras:
- Pues mira, mejor que no opines sobre ellos.
- Joder, pues ya me dirás de qué vamos a hablar en la cerveza de los viernes con los compañeros si no podemos sacar esos temas…Y tal y como lo estaba diciendo sabía que me estaba sumergiendo cada vez más en el barro y que yo no había forma de salir.
- … (Silencio sepulcral-glacial por su parte)
- Perdona, que no quería decir eso… que si quieres que hable de algo en concreto…- … más silencio sepulcro-glacial por su parte.
Silencio sepulcral.glacial acompañado de mirada gélida. El concepto
Con los ojos traspasándote y tú con miedo de lo que podrá contar en un post. Y sigues, manso como un cordero, tratando de salir:
- De verdad, no te enfades pero convendrás conmigo que quizás, sólo quizás,... que el post es tuyo, ya lo sé… eso, que mi aportación podría ir por otro sitio…Inciso: “¿convendrás conmigo?” Prometo que es la primera vez que empleaba esa expresión, no era yo el que hablaba, era los nervios, el miedo, el pánico…No voy a seguir detallando la conversación, más que nada por una cuestión de dignidad y amor propio. No todo el mundo debe saber de mi humillación. Sólo vosotros, otros #maridosde, gente sin nombre propio, podéis entenderme. Voy directamente al final:
- Bueno, pues si quieres escribir algo en mi blog, me dices el tema primero. Y después me lo pasas, lo miro y ya te diré lo que tienes que cambiar para que te lo publique.Pero ya era tarde, ya no me estaba escuchando.Y para todos los #maridosde que todavía creéis que era más difícil cuidar de un poni… Recordad que esto empezó con una “inocente” petición de colaboración. Y acabó teniendo que pedirle por favor que me dejase ayudarle, y encima agradeciéndoselo. Y tras pasar su censura…Lo dejo ya, voy a preparar el post, que sólo faltaba que encima no se lo diese inmediatamente.
- ¿Qué te parece si escribo sobre lo que hay que hacer cuando uno de la pareja se va y el otro se queda sólo con los niños?
- Que ya te lo he dicho, que me lo pases y ya veremos.
- Gracias, de verdad…. Que creo que es un tema interesante… que siento el malentendido, yo no quería…