https://www.youtube.com/watch?v=D6KV_htQrZwYo pedí. No sé muy bien a quien, pero estoy segura de que lo hice, y los dioses me castigaron, según Óscar Wilde. Ahora llevo unos meses pidiendo de nuevo y parece que de nuevo me hacen caso. ¿Será un castigo?
Se supone que es al revés, los dioses te hacen caso cuando te portas bien. Te hacen caso para premiarte, para que sigas por el camino de la generosidad y de la bondad. ¿O será que si te dan lo que tanto ansías, en realidad te están quitando la mejor parte? Si, me refiero a la ilusión, a la lucha de todos los días por conseguirlo, a desearlo e imaginarlo. Me refiero al camino hasta que llegas a la meta (si es que llegas). Será que por narices necesitamos algo metidito entre ceja y ceja para estar distraídos, para dejar de mirar las baldosas del camino y centrarnos en un final que siempre será incierto y lejano.
Entonces a la súper famosa “Pide y se te dará”, le falta una parte. Digamos que no leímos la letra pequeña: “Pide y se te dará por saco”. Algo así podría ser. ¿Qué os parece?
Digo todo esto porque desde que era una jovenzuela con más cargas sobre mi espalda de las normales, siempre quise vivir fuera de mi país. Soñaba con la experiencia de conocer otra cultura desde dentro, pero tuve que esperar a que esa carga tan preciosa que llevaba sobre mi espalda se hiciera mayor. Y esperé, esperé mucho. Tanto que casi olvidé mi sueño. Y de repente ¡zas! ¡Miami! Puedo decir que los dioses atendieron mis plegarias, no sé si para castigarme o para premiarme. Lo que si sé, es que desde hace ya varios meses, otros deseos rondan mis pensamientos, algunos los he contado por aquí, otros ni a la almohada… Y tal vez se cumplan de nuevo, o tal vez cuando sea viejita hable de ellos con la misma ilusión con la que hoy los sueño, aunque nunca se cumplan, aunque siempre sean sueños.