La historia es una rueda que transita caminos misteriosos y no se vislumbra fin, hay días de sol con caminos despejados, hay día que transcurren por caminos polvorientos y hay días de nublados con lodo.
Pienso en esto cuando leo un artículo sobre Mario Vargas Llosa, a propósito de su nueva novela sobre Roger Casement: “No hay barbarie comparada a la del colonialismo. África nunca se recuperó“.
Siendo testigo de la violencia en México, puedo afirmar que al famoso escritor peruano le falta por vivir, y escribir en el futuro que también la violencia en el tercer mundo de Latinoamérica puede ser tan atroz como absurda.