Cuando los gatos se pintan de pardo

Por Francisco Enrique Perez Ruiz-Poveda @PATXIPE

Entre dos luces, cuando los gatos se pintan de pardo, cuando la vida presenta otra cara. Entre dos luces, entre el agua y la tierra, la verdad y lo imaginado. Cuando el no rotundo huele a posibilidad y  se está más cerca de atravesar el cristal del espejo.

Dos ambientes,  el mundo huele a sueños y el sol cede su turno a una luna nacida en cualquier parte, pero adaptada y adoptada. Es la frontera entre las dos caras, del día y la noche. El momento en que se puede abrir una puerta a un algo diferente, la otra cara de la moneda, de la luna de los lunáticos. 

Estar con uno mismo ahora es más fácil, es regular la luz de tu salita, de tu entorno, y ahorrar en espectáculo cuando el espectador parece que va a ser uno solo, y no quiere molestar. Nunca ha querido molestar, por eso sus pasos apenas esbozados, más un eco que una realidad.

Pasear por tus sitios queridos, por una playa, la de La Concha, puede adquirir matices diferentes. Las luces del día que se va, se resisten y juegan a quedarse en la orilla. Huellas de pasos masajean la arena empapada de cielo. En la lejanía, unos perros jugando mientras sus humanos hablan y hablan; contigo la soledad buscada. Una soledad dulce y cariñosa, una soledad entre dos luces, como la playa, que acaricia el alma y aviva el fuego del recuerdo.
La Isla de Santa Clara, frontón de miradas,  tapa las últimas luces, y sirve de ancla a un horizonte que no quiere marcharse.  Fuera de la playa, en el paseo, los flashes denotan al espectador de postal en movimiento, al coleccionista de marcos incomparables.  El voyeur de momentos inolvidables, se esconde tras una barandilla con tintes ahora blanco-violetas. La vendedora de golosinas guarda los últimos barquillos antes de cerrar por hoy.
Quizás esa es la frase, "cerrar por hoy”, un instante de presente, y toda la vida para recordarlo. En momentos así no sabes si decir “atrás queda la playa” o “atrás quedamos nosotros”, una décima de segundo, apenas un ahora, de luz, de vida, de que alguna vez estuvimos. *FOTO: F.E.PEREZ RUIZ-POVEDA