Cuando los hijos amenazan a las parejas

Por Uncafelitoalasonce

Amar a la madre de sus hijos es lo mejor que un padre puede hacer por sus hijos. Theodore Hesburgh (1917-?)

Que los hijos no difuminen vuestra relación

No hay nada mejor en el mundo. Ser padre o madre dan sentido a nuestra vida, nos llenan de amor, alegría, esperanza. Cuando nace tu primer hijo te cambian muchas cosas. Cada uno lo vive de forma diferente y cada pareja también. Somos inexpertos, nos creemos todo lo que nos dicen, nos preocupamos por todo lo que les pasa a nuestros hijos. Pero en el camino hay un factor importante que se nos puede olvidar. Nuestra pareja.

Es casi imposible evitarlo. Diría más, es evolutivamente normal que nos volquemos tanto con nuestros retoños. Al fin y al cabo llevan la mitad de nuestros genes. Nuestra pareja ni eso. Pero hay un aspecto importante. Sin nuestra pareja, y sin el amor que sentimos hacia el otro, esa personita no estaría ahí.

El hecho de que tú y tu pareja hayáis decidido convertir vuestro amor en una persona, es una de las cosas más importantes que nos puede pasar en la vida.

Sin embargo, cuando esa personita está entre nosotros, lo que nos pide el cuerpo es cuidarla, abrazarla, mimarla… Y es ahí donde vienen los problemas porque nos olvidamos del otro. Nos olvidamos de esa persona que antes nos ocupaba todo el cariño. No es cuestión de falta de amor, es más cuestión de falta de tiempo. Pero todo se puede si somos conscientes. Aquí os dejo algunas ideas.

  • Pensar en nuestra relación. Te levantas, desayunas, vas a trabajar, vuelves a casa, haces la cena, bañas a los críos y durante todo ese tiempo las palabras que has cruzado con tu pareja sólo son para hablar de deberes y obligaciones. Compra, médicos, trabajo… ¿Por qué no pararte a pensar en tu relación? ¿Por qué no pensar en tu pareja? ¿Por qué no pensar en planes para el fin de semana? ¿Por qué no pensar en cosas que te gustaría mejorar o hacer juntos? Es importante pensar en nuestra relación, ser consciente de que estamos en ella, de dedicarle algo de tiempo en nuestra cabeza. Hay muchas oportunidades y solo es necesario un poco de reflexión. Nuestra pareja no será consciente de que estamos pensando en ella, pero cuando volváis a estar juntos, seguro que lo nota.
  • Buscar un espacio y tiempo común. Los hijos y las tareas asociadas absorben mucho tiempo y esfuerzo. Nadie te dirá lo contrario. Es importante pensar en buscar un espacio y tiempo en común. Un momento de intimidad de pareja en el que podamos hablar con calma sobre nuestras vidas, nuestros trabajos, lo que queremos hacer en común, lo que nos gustaría ser. ¿Hace cuánto que no te vas a cenar fuera o al cine o a una terraza? Sí, a veces es complicado porque dependemos de terceras personas, pero siempre se puede encontrar la forma. Unas pocas horas de intimidad nos pueden ayudar mucho.
  • Ser conscientes de los ciclos estacionales. Hay que tener en cuenta las estaciones del año. En verano todo es más sencillo, hay luz, calor, se puede ir al parque, y se tienen más momentos de intimidad a lo largo del día. Cuando llega el invierno todo esto cambia radicalmente. Parte de culpa la tiene la locura de horarios que tenemos. Hay mucho menos tiempo para todo, y en lo primero que recortamos es en los momentos de intimidad. Es natural, pero es bueno ser consciente de ello.
  • Abusar de la tecnología. iPhone, Kindle, iPad, internet, facebook, Whatsup, series de televisión. Todas son herramientas o entretenimientos útiles y divertidos, pero su abuso impacta en las relaciones. Es importante saber cuándo nos estamos pasando. Una buena forma es tomarte un día analógico a la semana. Los que están al otro lado tienen su importancia, pero también es clave que estemos al 100% con nuestra pareja en ciertos momentos del día, haciendo la cena, bañando juntos a los niños, o hablando en la cama antes de dormir. Lo importante es dejar de lado los cacharros y hablar. Yo el primero.
  • Olvidarse de los libros para padres y consejos. Empezando por este mismo post. Lo importante no son los consejos, sino lo que tú hagas y cómo afrontes las situaciones. Nadie conoce mejor que tu cómo es tu pareja y cómo son tus hijos. Olvídate de los libros que “enseñan” a dormir a los niños o de los libros sobre hombres de marte y mujeres de venus. Son muy bonitos en la teoría, pero en la práctica no los son tanto. Tu pareja y tus hijos son únicos y por mucho que te guste, nunca los podrás convertir en el “marido ideal”, “esposa ideal” o “niño perfecto”. Asúmelo y disfruta.
  • Recupera el sexo. Quizá sea el primer damnificado de la llegada de un hijo. Es mucho más complicado encontrar el momento. Cuando tenéis ganas, el niño llora, o hay que hacer la comida. Y en muchos casos, lo que ocurre es que estamos reventados. Ni uno ni otro dais el primer paso, va pasando el tiempo y se nos olvida lo divertido, excitante y relajante que es hacer el amor con nuestra pareja. Puedes empezar con un masaje y luego ¿por qué no probáis algo nuevo? ¿Por qué no habláis de sexo?