Me ha pasado con Michael Gambon, un monstruo de la interpretación al que lamentablemente las nuevas generaciones únicamente recordarán por interpretar a Albus Dumbledore en la saga de Harry Potter. Yo tuve el gusto de verle en "Fortitude" y en "The casual Vacancy" en el transcurso de una semana de este verano ya olvidado.“The casual Vacancy” (y enlazo aquí con Harry Potter), fue la primera novela para adultos de J. K. Rowling, y sin haber leído el libro, la miniserie que se ha gestado a partir del mismo tiene mas oscuros que claros. Me vale como una serie costumbrista y casi de situación, donde los personajes se van enlazando y relacionando sin aparente orden para, como suele ocurrir, acaban confluyendo en un relato común.
En este caso, la trama es tan sencilla como constatar en cómo afecta en un pueblo y sobre todo en las decisiones de su órgano gestor, la muerte de uno de sus miembros. Pero sobre todo cuanta energía y mala leche se puede gastar en influir en la decisión de quién debe reemplazar dicha baja inesperada y con ello provocar giros en la gestión municipal (concretamente si se debe sustituir un centro cultural por un balneario mucho más lucrativo aunque con menos beneficios sociales para los jóvenes del pueblo)
Sobresale Michael Gambon, como alma mater del pueblo, empresario sin escrúpulos y facilitador de todo tipo de tejemanejes a fin de llegar a sus objetivos. Sin embargo el resto de elenco no llega ni por asomo a su talla y carecen completamente de talento. La historia, aunque entretenida, no aporta casi nada nuevo a las 250 series británicas anuales, muchas de ellas bastante mejores, que se mezclan en la parrilla de UK. “Fortitude” por su parte tiene mucho más nombre y trabajo de marketing detrás que valor real. Sobre todo la serie se vuelve aburrida, previsible y sin sentido, mezclando momentos realmente interesantes con otros más que superfluos y de relleno. Nos muestra el pueblo noruego de Fortitude, donde se mezcla un crisol de razas y nacionalidades, a fin de llevar a cabo investigaciones en un glaciar, y los acontecimientos que se producen allí: el esclarecimiento de la muerte de un antiguo investigador y una extraña muerte producida sin causas aparentes. Y aunque la primera de las tramas tiene mucha más chicha que morder, la 2º es la que soporta la mayor parte del tiempo de metraje, cuando, además, parece obvio el resultado desde el primer minuto.
En fin, que la falta de brillantez del guion, una duración claramente excesiva y el escaso criterio a la hora de gestionar las historias y el factor humano la convierten en una serie prescindible y hasta evitable.