Revisando fotos antiguas, encontré está de un día buenisimo en El Palmar. En cambio en ese día las series me parecían una pesadilla, era una boya llevada a la deriva, luchando contra corriente por mantener la posición, intentando coger una ola. Salí del agua terriblemente frustrado por no haber podido surfear una de esas bonitas paredes. Hoy para mi sería un bañazo que seguramente disfrutaría como un enano hasta acabar exhausto de pillar olas, pero cuando no estás preparado el caramelo más dulce puede ser el más amargo. Ya sabéis nunca dejéis de luchar por vuestro sueños. ¡Buenas olas!