Después de coger fuerzas, vuelvo para contaros que Iris salta de la cuna. Desde hace unos días ya no duerme la siesta, porque ¡se salta de la cuna!. Incluso le pusimos la cuna de viaje que es un poco más alta, pero nada tiene una habilidad asombrosa: primero una pierna, luego la otra y desliza su cuerpo por la barrera de los pies, mientras con las manos se sujeta a la barrera lateral (como si se sujetase a una pértiga, en el salto con pértiga) y se deja caer suavemente hasta que consigue dar con sus piececitos en el suelo. El primer día que salió por la puerta de la habitación andando ¡no lo podía creer! Y sólo podía dar gracias de que no hubiese dado con la cabeza en el suelo al saltar ...y hasta que no lo vi no lo creí, ¡menudo arte tiene mi niña para los saltos!
Pero claro, cómo cualquier madre le doy mil vueltas a todo, ¿y si...? ¿y si un día se le resbalan las manos y se hace daño? ¿y si, un día no controla y salta de cabeza? ¿y si...?, en fin, que me he dado cuenta que es el momento de pasarla a una cama, porque antes la cuna me daba seguridad pero ahora ya no tanto... ¡con las veces que me he preguntado cuando pasar a un bebé de la cuna a la cama! y en un segundo Iris con sus saltos y escapadas, me lo ha desvelado
De momento lo que hemos hecho ha sido convertir su cuna en una camita improvisada. Esta foto me dio la idea:
Hemos quitado la barrera de un lateral y hemos reforzado la estructura poniendo un listón de madera del mismo color que la cuna, pero un poco más alto que el de la foto. El listón sustituye la barrera quitada y como es más bajito puede bajar y subir sin dificultad, pero tiene la altura suficiente como para evitar que pueda caerse mientras duerme.
Y así es como hemos comenzado el año, con Iris saltándose sus siestas e improvisando una camita, seguro que vosotr@s también tenéis muchas novedades en este nuevo año ¿nos las contáis?