¿Se trata de una decisión valiente o imprudente? No creo que Lenore sea la “peor madre de América”, ni que estemos ante un caso de “abuso de menores”, como recalcaban algunas asociaciones y medios de comunicación estadounidenses, pero me parece una decisión imprudente y osada. Nueva York no es una ciudad sin ley pero tampoco un pequeño pueblo donde todo el mundo se conoce. Y nueve años me parecen pocos para tal empresa.
Lenore es una madre que aboga por una crianza en la que los hijos sean menos dependientes. Yo soy una madre protectora y estoy contenta de serlo. Mis hijas no van solas a ningún sitio y me parece muy pronto para darles esa autonomía. Aún quedan unos cuantos años para que puedan ir sin un adulto a clase. Y no creo estar criando a niñas inseguras ni miedosas.
Lo cierto es que no entiendo que hoy en día haya quien deje a un niño pequeño ir solo al colegio y se quede en casa tan tranquilo, aún pudiendo acompañarle. No se me ocurre nada mejor que ir con tus hijos a la escuela o, si te es imposible, delegar en el otro progenitor o en alguien de confianza. Habrá gente que no les acompañe porque no pueda y habrá quien no quiera. Son pocos los casos, pero se dan. Hay personas que son de naturaleza tranquila y confiada, porque lo malo siempre les pasa a otros. Otros padres son de naturaleza cómoda. Y criar a los hijos es muchas cosas antes que algo cómodo y descansado.
No es que en cada esquina haya un hombre del saco o que continuamente los coches se suban en marcha a las aceras o atropellen a peatones en los pasos de cebra. Pero es cierto que hay riesgos que un niño de cierta edad no es capaz de calibrar. A los niños hay que quererles, mimarles y protegerles. Del dolor, del sufrimiento, del frío, del peligro. Y en la calle hay ciertos riesgos de los que todos somos conscientes pero que quizás un niño no pueda reconocer.
Mientras sean pequeñas, mis infantas van siempre acompañadas. No creo que haya nada perjudicial para ellas en que sea una madre que está muy pendiente de preservar su bienestar, que se preocupa y que es desconfiada también. Porque es ley de vida, se enfrentarán a situaciones en las que yo no pueda estar ahí para cuidarlas, pero tendrán edad, madurez y autonomía para ello. A a los niños también hay que educarles para que poquito a poquito vayan siendo capaces de hacer cosas por sí mismos. Todo a su tiempo.