Cuando regresemos, que no seamos los mismos

Por Iñaki Iñaki Alegria @InyakiAlegria

Cuando regresas del desierto, no puedes volver a ser el mismo

Cuando regresemos, que no seamos los mismos

Cuando llegué a Gambo

las cifras me miraron a los ojos,

y mi corazón les prometió

no permanecer jamás indiferente

al sufrimiento ajeno.

Una vez abres los ojos,

no los puedes volver a cerrar

El hambre me quitó el apetito,

el dolor me despertó,

entonces,

Me hicieron ver

que se puede ser

luz en la oscuridad

Alegría en la tristeza

y coraje en la adversidad

Cuando regresas del desierto,

no puedes ver el agua del mismo modo,

cuando regresas de la hambruna,

no puedes ver la comida igual

Cuando al fin podamos volver a abrazarnos,

a mirarnos,

que no seamos los mismos