Cuando sus propias acciones los amenazan, los poderosos son los primeros en aspirar a cambiar las cosas

Por Bayo

"De este modo, he llegado a la conclusión de que la única esperanza de procurar en este país ayuda a los enfermos, protección a las víctimas de la discriminación y una vida mejor a los que sufren, consiste en rezar para que los poderosos se vean afligidos por las peores enfermedades y desgracias. Está garantizado que cuando uno de los suyos está en peligro de muerte todos los demás podemos salir ganando.
[...]
PLEGARIA PARA AFLIGIR A LOS ACOMODADOS
Señor (Dios, Alá, Yahvé, Buda, Fred, quien sea):
Te suplicamos, ser misericordioso, que asistas a los que sufren hoy por cualquier razón que Tú, la naturaleza o el Banco Mundial hayan considerado oportuna. Nos damos cuenta, Padre que estás en los cielos, de que no puedes curar a todos los enfermos de golpe; eso vaciaría los hospitales que las buenas monjas han fundado en tu nombre. Y aceptamos que Tú, el Omnisciente, tampoco puedes erradicar todo el mal que hay en el mundo, pues tal eventualidad te dejaría sin trabajo.
Querido Señor, te pedimos más bien que inflijas a cada miembro de la Cámara de Representantes horribles cánceres de cerebro, pene y colon, en el orden que sea. Te rogamos, estimado Padre, que todos los senadores del Sur se conviertan en adictos a las drogas y sean encarcelados de por vida. Te suplicamos que los hijos de los senadores del Medio Oeste se hagan homosexuales, lo más afeminados posible. Confina a los hijos de los senadores del Este en una silla de ruedas y a los del Oeste en una escuela pública. Te imploramos, ¡oh Dios misericordioso!, que del mismo modo en que convertiste a la mujer de Lot en estatua de sal, conviertas a todos los ricos en pobres sin techo y liquides todos sus ahorros, activos y fondos de inversión. Apártalos de sus posiciones de poder y que desciendan al valle tenebroso de la asistencia social. Condénalos a una vida en las cadenas de comida rápida y a tener que sortear a los cobradores del frac. Deja que escuchen los gemidos de los inocentes, sentados en los asientos de en medio de la fila 43 del vagón de tercera clase, y que sientan el rechinar de los dientes cariados y podridos de los 108 millones de estadounidenses que no gozan de seguro dental.
Padre celestial, rogamos que todos los líderes blancos (especialmente los ex alumnos de la Universidad Bob Jones), convencidos de que a los negros les va estupendamente, se despierten mañana con una piel más negra que la pez para que puedan gozar de las bondades de ser negro en Estados Unidos y recoger los frutos que depara dicha condición. Humildemente, pedimos que tus ungidos, los obispos de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, se vean castigados con el lastre de tener ovarios y embarazos no deseados, así como, con un panfleto sobre el método Ogino.
Finalmente, estimado Señor, te pedimos que Jack WeIch* cruce a nado el río Hudson, profusamente contaminado por obra suya, que fuerces a los ejecutivos de Hollywood a ver sus propias películas una y otra vez, que obligues a Jesse Helms** a besar a un hombre, que enmudezcas a Chris Matthews, que le quites el resuello a Bill O'Reilly*** y que reduzcas a cenizas a todos aquellos que fuman en mi despacho. Ah, y desata una plaga de langostas que anide en el peluquín de Trent Lott.
Ojalá escuches nuestras plegarlas, Oh Rey de Reyes, que estás en lo alto y nos vigilas tan bien como puedes, visto el hatajo de imbéciles que somos. Concédenos un alivio contra la miseria y el sufrimiento. Sabemos que los hombres a los que castigaras se apresurarán en liberarse de su infortunio y ello, a su vez, nos liberará a nosotros del nuestro.
Así te lo rogamos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (esa especie de fantasma). Amén".
* Director general de General Electric.
** Senador republicano ultraconservador.
*** Comentaristas políticos de las cadenas NBC y Fox, respectivamente.
Estúpidos hombres blancos (2001)
[Extracto del libro escrito por Michael Moore]
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