Cuando tiemblan los cimientos de Europa...

Publicado el 16 diciembre 2010 por Areche
Disturbios y protestas en Roma. En la segunda imagen, un guardia financiero empuña una pistola mientras es agredido.
Tiemblan y arden las calles de algunas de las principales capitales europeas... me atrevo a decir que este puede ser el particular Mayo del 68 de nuestra generación y como todo en nuestro tiempo, es globalizado, al menos, a nivel europeo (también en Argentina).
Todo empezó hace ya algún tiempo en Francia -siempre Francia- con los gravísimos disturbios en los suburbios de las principales ciudades galas, en los que sobre todo los descendientes de inmigrantes, algunos de hasta tercera generación, hicieron sentir su malestar ante una sociedad de la que se sienten excluidos, que no cuenta con ellos y que nada les aporta... no es coincidencia tampoco que estos barrios periféricos sufran el peor de los urbanismos.
Tras ellos vinieron los griegos, que demostraron que no solo en el fútbol son capaces de hacerse notar, tomando las calles hasta el día de hoy con huelgas generales que rara vez terminan de forma pacífica.
Y después, portugueses, ingleses y sobre todo estudiantes italianos, han hecho saber su malestar con el rumbo que toma la política europea.
El caso italiano es particularmente sorprendente. Siempre he escuchado expresiones como: "Italia no se sabe como funciona, pero funciona"; "En Italia nadie vota a Berluscni, pero siempre gana"; "Aquí oír, ver y callar" y como en Galicia, "la mafia no existirla, pero haberla haila..." Aunque esto parece que se empieza a terminar. Ya hace años que viajo a ese país y cada vez escucho más y más voces en alto cansadas de la situación. La impresión que me da, sobre todo la gente joven, es que sufren un sistema corrupto que no merecen, que quieren cambiar, están artos. Y así lo han demostrado estas semanas, y es que lo de Roma se veía venir, tan solo había que escudriñar un poquito internet para comprender el movimiento cívico que se estaba gestando. Empezó con el "Poppolo Viola", movimiento no adscrito a ningún partido que quiere poner punto y final a la corrupción y el funcionamiento de las instituciones públicas llenas de enchufismos, amiguismos y abusadores de poder, por poco que estos tengan. Y cansados también de una justicia que castiga a los jueces que investigan lo que algunos no quieren.
Vídeo blogs, diarios digitales, facebook... son algunas de las armas de las que disponen y que han sabido utilizar como herramienta del cambio, como forma de conocer lo que los medios oficialistas les ocultan. (Berlusconi además de la televisión pública, es dueño de tres de los cuatro canales privados del país y de Telecinco en España, así como de radios y periódicos, algo conocido en Europa como "monopolio" por disponer de más del 40% del mercado en una sola mano).  Encierros en universidades, protestas artísticas y edificios ocupados, habían sido algunas de las acciones precedentes a los disturbios, precedentes al lamentable episodio que tumbó la moción de censura en el parlamento italiano, gracias sin dudarlo un segundo, a la compra de votos. Berlusconi salva el cargo, pero no tiene fuerza de gobierno... tan solo ha alargado la agonía de un país que necesita que se marche, pero ante todo, que acuda a rendir cuentas a la justicia, a Estrasburgo si es necesario.
El Reino Unido por su parte, estalla tras el cambio. Las elecciones que auparon al poder a Cameron han traído un recorte de presupuestos que ha afectado a los estudiantes con la posibilidad de triplicar las matrículas universitarias y estos le hicieron llegar su malestar, incluso atacando al príncipe Carlos.
El recorte de los gastos, necesario por otra parte, ha sido mal ejecutado, mal planificado. Cameron ha creído ser la nueva "Dama de Hierro", pero en realidad no es más que un mal sastre con tijeras, que no sabe por donde cortar. Aunque fue a Cleck, líder liberal, al que más reprocharon. Los estudiantes votaron a la tercera fuerza en su mayoría, conocedores del necesario e inevitable cambio de gobierno que ocurriría en las islas, buscando con ello un freno a ciertas actitudes "tories" y que aun así se han llevado a cabo. 
También en Portugal salieron a la calle, esta vez de forma pacífica. El socialista Sócrates sufre la misma situación que muchos otros gobernantes europeos y más aun, bajo la espada de Damocles que supone la deuda lusa y el fantasma de la necesidad de un rescate por parte de la Unión Europea. Por todo esto, tuvo que ver como el país le hacía llegar el malestar con la mayor huelga general que ha vivido nuestro vecino.
Y de nuevo Francia no quiso ser menos, protagonizando 7 huelgas generales. Siete, ni más ni menos, algunas de ellas con una participación espectacular y que paralizaron el transporte de medio continente. Pero algo ha cambiado, es la primera vez que una huelga secundada por los sindicatos de estudiantes, con su repercusión consiguiente en las calles, no logra su propósito, en este caso, que no retrasasen la jubilación a los 62 años.
He de decir que respaldo a Sarkozy. Francia, al igual que Reino Unido, tiene por bandera ser el primer país en la lista de la ONU en protección social y sanitaria, pero a cargo de un sistema que se ha convertido en insostenible. No hay seguridad social ni arcas públicas que aguanten tal nivel de protección. Europa ha de respetar y mantener el estado del bienestar, pero buscando un término medio... papa estado no lo aguanta todo.
Solo espero, realmente así lo creo, que tras esta sacudida social,  salgamos reforzados. Un terremoto, al margen del drama que supone, deja en pie los edificios mejor asentados y obliga a mejorar las construcciones futuras. Así hará esta crisis con nuestra política, mantendrá tan solo aquello digno de guardarse y edificará la sociedad del mañana sobre cimientos más sólidos... si no nos dejamos llevar por la histeria, como casi ocurre ayer en el parlamento europeo con la nueva directiva de los derechos del trabajador inmigrante... ¡¡¡casi la cagan!!!
P.D. Que nadie vea en este comentario una defensa o justificación de la violencia, pues soy el primero en condenarla.