La fotografía es un puntazo, y aunque no recurra a muchos planos generales, es un lujazo las vistas que sabemos acompañan al protagonista en su aventura y que en alguna escena podemos ver. Pero también el ritmo, y un gran montaje, hacen que todo cuadre, y mantenga la tensión.
En definitiva, una película a primeras vistas muy simple, pues nos cuenta las vivencias de un naufragio a lo largo de 8 días. Pero a la vez, ni más ni menos. Muy recomendable y una de las películas a reivindicar del año pasado.