Antes que nada, debo señalar que esta entrada no es para coleccionistas de esmaltes. Es evidente que para los coleccionista el valor de un esmalte es mucho mayor al precio que pueda tener, por lo que estos tips o cuestiones no le serán válidos.
Aquí donde me veis no soy para nada coleccionista, yo le doy muchas vueltas a la cabeza antes de comprar un esmalte, ¡y no sólo los caros!, sino también los que valen un euro. Y no es por tacaña, sino que me da pena tener un esmalte en mi estantería cogiendo polvo... Y aún así tengo más de 30 esmaltes sin estrenar, así que imaginad si me pusiera a comprar esmaltes sin cabeza...
Expositor de Inglot - AP Photo
Por eso hoy voy a daros unos tips para que vosotras mismas analicéis si un esmalte es caro o no. Antes de nada debemos analizar varias cosas, cosas que ya debemos saber como información general de andar por casa, para saber también qué buscamos en un esmalte.
1. ¿Cuántos esmaltes tengo?
Aunque parezca mentira este es un punto importante. No es lo mismo tener 300 esmaltes con los que pintarte las uñas -que haciendo cuentas es casi a esmalte por día del año- que tener 10, ya que en éste caso lo llevarás a lo largo del año durante más de un mes en total, suponiendo que los usas todos equitativamente.
Por eso yo considero que a mayor número de esmaltes, menos dinero invierto en ellos. Tampoco te hace falta esmaltes de calidad máxima si tienes tanta oferta donde elegir en tu dormitorio, pero con ésto no digo que os compréis esmaltes de 1€, sino que gastar 16€ para el uso que le vas a dar me parece que es tirar el dinero.
2. ¿Cada cuanto me cambio el color de esmalte?
Viene relacionado con la pregunta anterior. ¿Te gusta llevar las uñas siempre rojas o eres más de ir cambiando cada semana? ¿Siempre te haces la francesa o cambias la manicura cada 3 días por puro aburrimiento?
Yo suelo pintarme las uñas dos veces a la semana, es decir, cada 4 días aproximadamente. Si a ti te gusta que tu manicura duren más tiempo, apostarás por esmaltes más costosos, y si te cambias de color cada día no será necesario que sea de la mejor calidad, y por tanto no de un precio elevado.
[Nota aclaratoria: Todo esto se basa en la suposición de que un esmalte caro es BUENO, cosa que no siempre sucede... La calidad muchas veces no va a la par que el precio.]
3. ¿Suelo usar top coat?
Otro punto muy importante. Hay mucha gente que no le gusta usar top coat, ya sea por pereza o porque simplemente no lo ve necesario. Entonces esas personas necesitarán un esmalte de mayor calidad y/o precio para safisfacer sus necesidades, ya que no cuentan con ese plus de resistencia, durabilidad y brillo que da un top coat. [Os remito de nuevo a la nota aclaratoria de arriba.]
Como ya sabéis, yo sí uso top coat y lo veo imprescindible, especialmente para las manicuras que llevan capas de distintos colores o decoraciones como tachuelas, brillantes o glitter. Por esto, si un esmalte tiene corta duración, no es algo que me preocupe especialmente, ya que yo prefiero invertir en un top coat mejor y no en un esmalte caro, así conseguir 'mejorar' cualquier esmalte mediocre.
Expositor de Inglot - AP Photo
Y una vez que estemos delante del stand con el esmalte en la mano, podemos plantearnos algunas preguntas que son las clave a la hora de decidir. Otras cuestiones:
1. ¿Tengo alguno ya en mi colección que sea igual o similar? Si la respuesta es sí, ni te lo pienses. Deja ese esmalte en la estantería que no te hace falta.
2. ¿Puedo encontrar este esmalte en otra marca más económica? Si no lo sabes investiga un poco antes de comprarlo, deja ese esmalte en su sitio que no va a salir corriendo del stand. Googlea cuando llegues a casa o desde la misma tienda con el móvil. Compara tamaños, precios y calculas los gastos de envío si tuvieras que pedirlo online. Si no encuentras nada o no sale rentable, sigue a la siguiente pregunta.
3. ¿Es verdaderamente un tono especial? Muchas veces nos cegamos ante un expositor de esmaltes, y especialmente ante las colecciones. Que no te engañe el cartel de Edición Limitada, hay tonos que no son para tanto y los puedes encontrar en otras marcas durante todo el año fácilmente.
4. ¿Qué cantidad trae? Si pone menos de 12 ml, ólvidate de él. O al menos ese es mi dogma, pero vosotras podéis tener otra cantidad. También podéis calcular el precio por ml. ¿Quién está dispuesto a pagar más de 1€ por ml? Yo desde luego no.
5. ¿Lo voy a usar mucho? Esta es la pregunta más difícil y a la que nos cuesta más ser sinceras. Aunque parezca que va un poco reñida con la pregunta de cuántos esmaltes tengo o cada cuanto me pinto las uñas, más bien me refiero a que si es un color verde moco o un amarillo neón, seguramente no lo usemos muy a menudo. ¡No nos engañemos!
¡Y nada más! Estos son mis tips, espero que no me juzguen por ello, pero es mi forma de hacer las cosas con la máxima cabeza posible y ajustándome a mi bolsillo.
Espero que os sirvan si os véis en esta tesitura, y si aún así estáis enamorada del esmalte y tenéis el dinero... ¡pasad de mis instrucciones y compradlo! ¿Qué sería de la vida sin pequeños caprichos? ;)
¿Pondréis en práctica estos tips? ¿Cuáles son los vuestros?