Cuando un niño tiene algo más que la tele

Publicado el 06 octubre 2011 por Dean
"Las revoluciones no mueren sino que se renuevan con diferentes caras y banderas".
No pide a sus padres un teléfono móvil de última generación, ni quiere llevar la camiseta de Messi, este chico prefiere ir por las calles con un megáfono y una camiseta con la foto de Marx. Ya le dicen el Che Guevara Israelí y con razón ya que a sus 13 años es todo un revolucionario. Protesta contra los precios de la vivienda, la electricidad, la comida, contra la privatizacion; dice que patriotismo no es coger el dinero de los trabajadores para dárselo a los ricos y banqueros, el patriotismo es ayudar a los pobres. 
Or Akta no pierde tiempo jugando a la play-station, mejor sale a la calle con ese otro medio millón de compatriotas y pide justicia social. Tras masivas manifestaciones en la calle, el Gobierno de Benjamin Netanyahu debe aprobar la semana próxima el informe del profesor Manuel Trajtenberg sobre los cambios para reducir la carestía de vida. Akta no critica al profesor nacido en Argentina pero no desea que la revolución estival sea liquidada por  las conclusiones de la Comisión Trajtenberg. Este niño ha sido una de las voces más elocuentes en las recientes protestas del pueblo israelí, un ejemplo a seguir, pero ¿por quién? ¿dónde están nuestros jóvenes? ¿será que no hay nada por lo qué protestar?
Los indignados de sitios muy dispares están forzando al mundo a un giro social; ya se vió el fracaso del comunismo y ahora verificamos el fracaso del capitalismo, los dos grandes sistemas económicos y políticos que hemos tenido, muestran su obsolescencia por donde quiera que se les mire. Ahora el capitalismo tiene que someterse a la evaluación de quienes siempre han dicho al final la palabra definitiva, las gentes de a pie, los hombres y mujeres que trabajan cada día para sacar a sus familias adelante y que en el sistema actual no encuentran la forma de que eso sea efectivo, y cuando algo no funciona, por fuerza se cambia, no por cuestiones de pensamientos ni mentalidades nuevas o revolucionarias, simplemente porque se impone la necesidad.