Ahora bien, la gran mayoría de películas románticas me producen muecas de aburrimiento o hastío. Me parece que, en líneas generales, los argumentos giran en torno a los mismos clichés y a la misma temática edulcorada y frecuentemente inverosímil en la que el happy ending tiene que estar asegurado para que el público no se sienta decepcionado. Soy, dicho claramente, una hater odiosa y relamida del cine romántico moderno (recalco).
Un buen día, sin embargo, estás una noche de sábado buscando alguna película que consiga matar tu aburrimiento, y te topas con uno de los grandes estrenos del año: Yo antes de ti. Y me diréis, ¿qué coherencia tiene que estés aburrida y que decidas ver una película de ese tipo, si acabas de decir que las odias? Y yo responderé en mi defensa que ninguna. Que todo fue producto de una incontrolable pereza por buscar algo mejor y por esa simpatía que le tengo a Khaleesi/Emilia Clark, entre otras razones, por demostrar que las bajitas también molamos y que podemos hacer grandes cosas como montar dragones. Ilógico, lo sé.
El caso es que ahí me fui con este título que me viene al pelo. Yo antes de ti, el filme que conquistó a una pequeña-gran hater. Pero lo curioso es que no fue exactamente la historia de amor lo que me cautivó. El argumento base creo que es de sobra conocido. Emilia hace de Louisa Clark, una joven muy soñadora y feliz (riquiña, que diríamos los gallegos) que consigue un trabajo en la lujosa mansión de Will Traynor, un joven empresario aventurero que se queda tetrapléjico. Y, en efecto, se enamoran.
No voy a hacer SPOILERS como tal, pero sí voy a hablar con claridad de varios aspectos de la trama, ergo cuidao aquí. ↓
Detrás de lo que pueda parecer un tópico argumental, se esconde en realidad un mensaje diferente al que nos tiene acostumbrados este tipo de películas. Yo antes de ti no nos habla del poder infinito del amor, sino que nos muestra algo mucho más realista: que éste es limitado, y que cada persona al final debe decidir por sí misma. En relación a eso, me parece que el mensaje sobre la eutanasia se nos muestra desde una perspectiva que invita a la reflexión. En lo personal, encuentro difícil de creer que todavía la religión tenga tanto peso en este sentido, y que siga siendo una cuestión de dogmas y no de decisión personal si quieres seguir o no con tu vida.
Es cierto que, con esto, a veces se da a entender que las personas discapacitadas deben estar condenadas a una vida miserable, y que el suicidio asistido debe ser una salvación para todas ellas. No, entiendo perfectamente que haya gente que quiera seguir luchando, que encuentre que su vida debe continuar y que no necesariamente deben renunciar a la felicidad, y que hasta esa "manía" por legalizar la eutanasia pueda resultar ofensiva.
Lo que se discute, sin embargo, es otra cosa. Simplemente, hablamos del derecho a escoger. No se trata de ver la eutanasia como una obligación, sino como una posible solución para quien así lo desee. Y tal vez, haya quien no encuentre consuelo ni en la amistad, la motivación o el amor; entonces, ¿por qué obligar a nadie a vivir?
Uuups, de repente ha surgido un debate social. ¿Entendéis ahora por qué Yo antes de ti no es una peli romántica al uso, sino que tiene algo más que ofrecer? Ideal para curar la fobia al género, para pensar sobre un tema tan en boga en nuestros días y para darnos cuenta de que, desgraciadamente, a veces no podemos hacer cambiar a las personas.