¿Cuándo y cómo empieza a gatear tu bebé?

Por Mamimira

El primer año de vida de tu bebé es toda una aventura. No hay mes en el que no haya cosas nuevas que aprender. Que si la introducción a las primeras papillas, sus primera palabras, el descubrimiento de su cuerpo… Cada día tienen algo nuevo que ofrecerte.

Es maravilloso observar cómo empiezan a descubrir su cuerpo, cómo empiezan a jugar con sus manos y sus pies, cómo hacen intentos para darse la vuelta (¡cuidado con las caídas porque lo hacen el día que menos te lo esperas!)… Y de entre todos estos cambios, uno de los más significativos es ver cómo nuestros peques están ansiosos por desplazarse de un lado a otro y de repente, un día, empiezan a gatear.

Los bebés suelen empezar a gatear entre los 6 y los 10 meses de vida y cada uno lo hace a su manera. Marco, por ejemplo, arrastraba una de las piernas y con la otra se desplazaba, Lucas anduvo directamente (supongo que fue porque desde bastante pequeñito usó andador) y Leo se ponía de cuclillas y daba saltos jajajajaja.

Para aprender a gatear, tu peque deberá controlar el equilibrio, coordinar sus manos y sus pies y fortalecer los músculos de las piernas para, poco a poco, aprender a caminar.

Cómo estimular al bebé para que empiece a gatear

Coloca sus juguetes preferidos a una distancia considerable para incitarlo a que los busque.

Escoge un lugar libre y sin obstáculos para que no se haga daño. Ten cuidado con muebles, puertas y enchufes.

Juega al pilla pilla con él. Primero haz que tú le vas a pillar, poniéndote detrás de él y luego, ponte tú delante e invítale a que él te coja.

Celebra cualquier avance por pequeño que sea.

Si en algún momento se cae y se hace daño, no le des más importancia de la que realmente tiene. Muchos niños frenan sus avances porque las mamis los asustan más que el propio golpe.

También le será de gran ayuda, cuando quiera empezar a gatear, que coloques pequeños obstáculos como almohadas o cojines para que los pueda ir esquivando.

Por qué es importante gatear para el bebé

1. El gateo amplía su campo visual.

2.  Ayuda a sentir y conocer las diferencias entre las distintas superficies.

3.  La visión hacia abajo le sirve para estimular la percepción de la profundidad.

Aún así, no te preocupes si tu hijo no gatea, muchos niños pasan de estar sentados a andar saltándose este paso. ¡Hay niños que desde pequeños van muy pero que muy deprisa! Y, ya sabes, cada niño es un mundo y no debes compararlo con ningún otro.

¿Gatea ya tu bebé? ¿Nos cuentas cómo empezó? ¿Tienes alguna duda que quieras compartir con nosotras?