¿Cuanta gente hizo huelga el 29 de Septiembre?

Publicado el 01 octubre 2010 por Trinitro @trinitro

Un dato bastante complicado de averiguar si no es que se va una tras una a todas las empresas, es calcular el número de huelguistas. Ni siquiera la administración puede dar datos reales, entre otras cosas porqué no todos los empleadores descuentan el día a sus trabajadores (algunos sólo si estos se lo dicen), otros porqué hay huelguistas que se disfrazan de bajas, de días de asuntos propios, de vacaciones, etc… A parte hay huelguistas que lo escudan en una inasistencia al trabajo por motivos de fuerza mayor (no va el tren jefe… en mi barrio hay un grupo violento rompiendo los cristales a un autobús, mi niño está malo, etc…), también hay que descontar los llamados “servicios mínimos” y los “servicios esenciales” que están obligados a trabajar aunque quieran hacer huelga. Todos estos no computan como huelguistas al gobierno cuando al mes siguiente le llegan las notificaciones de las empresas que indican que no pagan las cotizaciones de ese día porqué su trabajador ha hecho huelga. Vamos todo un lío… porqué si además ese día el empresario hace “Lockout” forzado por esas hordas de malvados piquetistas asesinos pues otros que no cuentan o cuentan de otra manera (PD: se habla mucho de la violencia de los piquetes sindicales, pero al analizar los incidentes de ayer la gran mayoría estaban protagonizados por grupos violentos ajenos a los convocantes, en muchos casos las fuerzas de seguridad del estado los atajaron y el resto son casos anecdóticos, no se habla casi nada del piquete invisible de las amenazas del empleador que pesan como losas sobre sus trabajadores más que una pitada o un grito de un piquete).

En una huelga general que además no se hace contra el patrono, se llegan a pactos (todos nos gustaría que así no fuera… pero la realidad es más dura) y hay empresas que pactan cambiar días de vacaciones o recuperar horas. Sabemos que eso es ilegal, pero negar que ocurre es negar la realidad.

En definitiva el gobierno NO tiene forma de saber el seguimiento real de una huelga con sus datos administrativos. El gobierno cuando dá una cifra, sea cual sea, miente, se la está inventando.

Quienes pueden dar cifras más cercanas a la realidad son la patronal y sindicatos. La patronal tiene gente afiliada, patronos, que informan del seguimiento en sus empresas. No le piden a todos sus afiliados que informen sinó que estos van llamando y dando los datos. Los sindicatos tienen delegados sindicales y afiliados, los segundos tampoco se les llama para preguntar si va la huelga muy bien en su empresa, entre otras, si no han ido, no lo saben. Los delegados en cambio sí que pasan para ver como va y poder hacer una estimación.

Patronal y sindicatos tienen una estimación pero esta es sesgada. Patronal porqué sólo los patronos que están afiliados (un número ridiculamente bajo) y de estos los que llaman son de los que se obtienen datos. Aunque la patronal no quiera mentir, el efecto psicológico de un afiliado a la CEOE que llame diciendo “en mi empresa estoy sólo” rechaza que se llame, en cambio el efecto psicológico contrario lleva a que los que en su empresa no secundan la huelga. Por el otro lado, los delegados sindicales son más que los empresarios afiliados a las patronales, estos informan a sus sindicatos, pero también el que fracasa en la convocatoria en su empresa será más remolón (aunque hay una serie correlación entre empresas donde el paro fué exitoso y presencia de delegados sindicales de UGT y CCOO),  y también no representan al conjunto de todas las empresas (“sólo” un 70% de los trabajadores tienen representantes sindicales en sus empresas), por tanto los datos son estimaciones no reales.

A parte, el “conteo” de huelguistas es distinto en un caso u otro. Para un delegado es huelguista todo el que no va a currar entre los que no están convocados por servicios mínimos. Para la patronal es huelguista todo aquél que no se presenta a trabajar diciendo que es por hacer huelga y no poniendo otra excusa. Un tío de baja (excepto bajas de larga duración) cuenta como huelguista para los sindicalistas y como no huelguista para la patronal, sea por una baja real (ese día se ha partido un hueso) o sea huelguista simulando que hace huelga. Un tío que decida no ir a trabajar excusándose en la falta de transporte o en que las carreteras están saturadas es huelguista para unos, y no huelguista para otros. Por otro lado, los tíos llamados a servicios mínimos son no-huelguistas para la patronal y gobierno mientras para los sindicatos “no computan” en sus cálculos. Es decir se calculan los huelguistas contabilizando los que no han venido a trabajar sobre la plantilla que está normalmente menos los llamados a servicios esenciales. De ahí que los huelguistas digan que el seguimiento del transporte es de un 100% mientras que el gobierno diga que de un 50 o un 75% según los servicios mínimos impuestos o pactados. De ahí que en sanidad las cifras sean tan dispares: de un 8 o un 10% a un 100%, ya que en los hospitales, urgencias, etc… los servicios mínimos rondan el 90% de la plantilla. Ya no hablemos de las fuerzas de seguridad del estado, que la cosa se dispara.

Por tanto cuantificar una huelga no es algo sencillo… de ahí que normalmente las cifras discrepen tanto. Lo más fiable deberían ser los sindicatos, pero aún estos sólo ven un 70% de la realidad, la patronal apenas llega a un 15 o un 20% y el que más ciego está del todo es el gobierno que bastante tiene con saber que seguimiento ha tenido en el sector público y de forma muy parcial y como he dicho bastante desviadamente. Teniendo en cuenta que además los actores no son neutrales y tenderán a dar los datos desde la perspectiva más favorable a sus intereses esto ya hace las fuentes menos fiables.

Por tanto, ¿es posible cuantificar los datos de seguimiento de una huelga general? Francamente, objetivo y numéricamente cuestionable no. Pero sí hay algunos métodos para estimar el seguimiento y que permitirían comparar con las 3 fuentes anteriores y ver la plausibilidad o no de sus afirmaciones.

Consumo eléctrico indica que el seguimiento ronda el 65 – 80 %.

En el caso más conocido el consumo eléctrico se puede contabilizar de varias maneras también. Por ejemplo, coger una hora punta y medir el consumo puntual de potencia eléctrica con el del mismo día de la semana anterior. Si esto se hace da una variación de entre el 14 y el 16% en el conjunto de horas laborales. A eso se aferran algunos para decir que ESE fué el seguimiento de la huelga general. Eso es un absurdo porqué NO sólo las empresas consumen electricidad, también lo hacemos los ciudadanos en casa, la nevera sigue conectada, y las administraciones aunque no operen: los túneles de transporte público siguen iluminados, las farolas se encienden, los semáforos siguen funcionando, etc… Es decir hay un consumo remanente que no tiene que ver con la actividad económica.

Lo lógico sería comparar el consumo del día 29 de septiembre con el del domingo 26 y el miércoles 22 de septiembre y ver si se parece más a un Miércoles laborable o a un domingo

Si analizamos el consumo eléctrico de los diversos días, en el día 22 se consumieron 721.205 MWh, el domingo 534.870 MWh y el miércoles día 29, 598.223MWh, como curiosidad el Sábado 21 también se consumieron unos 598.000 MWh. En términos de consumo eléctrico el día 29 estuvo más cerca de parecerse a un Domingo (de hecho fué casi clavado al Sábado 21) que a un Miércoles. ¿Cuanto de parecido al domingo? El diferencial de consumo entre el Miércoles y el Domingo es de casi 190.000 MWh, mientras el diferencial del 29S con el domingo fué de casi 65.000 MWh. En total el día 29S se consumió un 34% del surplús de electricidad con respecto a un domingo que le tocaría por ser un día laborable. Es decir el día 29S se consumió un 66% menos de energía eléctrica asociada a la actividad económica de un miércoles laboral normal que la que se consumió el 22 de ese mismo mes.

¿Quiere decir que hicieron huelga un 66% de los trabajadores? No, no puedo afirmar eso. Primero porqué el domingo también se trabaja para algunos. Hay algunos (pocos) turnos en la industria, hay actividad en algunos centros de logística, algunos comercios también abren (panaderías por ejemplo), sigue funcionando una parte del transporte público etc… También es verdad que hay trabajadores “esenciales” que en servicios mínimos les tocan trabajar pero no en fin de semana, paradójicamente los hospitales tienen más servicios mínimos convocados que plantilla en fin de semana (o sea, según la propia administración en fin de semana tenemos menor cobertura de servicios sanitarios que la que ellos consideran esencial para garantizar la seguridad y el derecho a salud), según que actividades tienen servicios esenciales que en domingo no trabajarían (por ejemplo en centros de logística para productos perecederos que en domingo ya no guardan pero que han de poder mantener entre semana para tener stock durante la semana, o las fuerzas de seguridad del estado que también son trabajadores y la presencia de los sindicatos de policía mayoritarios en la manifestaciones indicaba que también algunos hubieran secundado el paro). Por tanto yo asumiría que la actividad económica de domingo es equiparable a la de los servicios mínimos decretados y a la de servicios esenciales, por tanto, exenta según mi criterio de ser contabilizados como huelguistas o no huelguistas (sería como contabilizar los estudiantes o los jubilados), si la actividad económica tiene el volumen de la de un domingo es equiparable a decir que la huelga es seguida en un 100%, mientras que si es exáctamente igual a la de un miércoles laborable, esta es seguida por un 0%.

Vuelvo a lo mismo, el consumo eléctrico es un 66% más parecido a un domingo que a un Miércoles, de hecho es como he dicho antes, el de un Sábado. ¿Cada MWh se puede traducir en un número de trabajadores equivalente? No exactamente, no todas las actividades consumen el mismo volumen de energía eléctrica. Una mercería no consume por trabajador lo mismo que una acerería, es evidente. Como también hay empresas que para poder mantener la actividad continuada durante la semana no pueden parar máquinas, o que el hecho que venga un trabajador sólo o simplemente los jefes de una oficina hace que se tenga que encender gran parte de las luces y cuadros eléctricos para hacer funcionar la oficina aunque sólo se utilicen unos pocos despachos. El hecho de que el seguimiento fuera más claro en la industria indicaría que esa cifra es superior al paro real, debido a la mayor ratio de consumo eléctrico por trabajador en ese sector, pero hay que matizarlo, hay empresas que por el mero hecho que vaya el de seguridad y el jefe ya gasta casi tanto como con todos los trabajadores, y también hay sectores poco consumidores de electricidad que han secundado el paro, como el de limpieza urbana. Aún así, el consumo eléctrico es una cifra objetiva que nos dá un dato orientativo de por donde puede ir el índice de seguimiento real. En este caso nos cifraría el seguimiento de la huelga en un 66%, ganan sindicatos con el 70% a la patronal que dice que fueron cuatro y mal informados.

Otra forma que puede hacerse es comparar la caída bruta de energía (ese 15%) con las caídas brutas de energía en anteriores huelgas generales, pero es un absurdo… Por un lado, las empresas son algo más eficientes por trabajador y unidad de beneficio en el 2010 que en 1988, 1994 o 2002, también el consumo privado y el consumo urbano no relacionado con la actividad económica ha ido creciendo en porcentaje del consumo eléctrico total, y por otro lado la composición del mercado laboral en 1988 y en el 2010 hace que el parón en la industria se notara más en 1988 que en 2010 en el consumo eléctrico (mayor peso de la demanda de electricidad en el conjunto del sistema por parte de las empresas industriales muy ineficientes y con mayor peso que el actual en el conjunto de actividades económicas). De hecho según esa comparación en bruto en 1988 la energía eléctrica cayó mucho más que en 1994, esta cayó más que en el 2002 y esta más que en el 2010. La comparación correcta debería ser entre domingo, día laboral ordinario de ese mes y el día de la huelga. Y los datos que más deberían parecerse por la composición de consumo energético de nuestros hogares, actividad económica, etc… es la del 2002. En el 2002 el “diferencial” domingo era la mitad que en esta huelga del 2010, por tanto el porcentaje de trabajadores no huelguistas debía ser la mitad que el que hubo en el 29S. Por tanto si se dan cifras como buenas que en el 2002 la siguieron un 88%, la huelga del 29S ha debido de tener una incidencia entre el 70 y el 80%.

Es decir el consumo eléctrico da una horquilla de seguimiento que ronda entre el 65 y el 80%, inferior a la del 2002, pero del orden de la de 1992 y la de 1994.

La movilidad permite ver el volumen de personas que dejaron de desplazarse, proporcionan una horquilla de 70-75% para Barcelona

Bien otro dato que permite al menos ver una fotografía muy local del seguimiento de la huelga es la movilidad. De esta podemos obtener algunas fotografías interesantes, pero lo malo es que su aplicación es muy local. En este caso las conclusiones que puedo sacar son sólo aplicables a Barcelona, lugar donde la huelga funcionó un poco mejor (al nivel del 2002) según los datos de caída de consumo eléctrico que fué incluso menor que en la huelga general del 2002, por tanto la cifra que se obtenga seguramente nos proporcione el seguimiento de la huelga en un lugar donde funcionó mejor que en el conjunto (podríamos suponer 5 puntos por encima).

Según datos de la Conselleria de Treball hubo un 38% menos de mobilidad en el área metropolitana, a lo que hay que sumar que los transportes ferroviarios: FGC, Metro y Trenes, eran sólo de un 25% en hora punta. Lo cuál supuso que durante las horas de acceso a la ciudad para iniciar la jornada laboral (fuera de los que hacen jornadas partidas o turnos de inicio distinto al habitual como algunos trabajadores de la seguridad privada), sólo pudieron acceder un máximo de un 30% de los que se desplazaban habitualmente por transporte público (los datos cualitativos de los que utilizaron el transporte público esa mañana es que no estaba mucho más lleno que en días habituales, por tanto los usuarios se redujeron aproximadamente lo mismo que el transporte, es decir entre el 20 y el 30%). La circulación privada en las horas puntas en Barcelona fué algo mejor que lo habitual, no se registraron incidentes en ninguna calle provocados por el tránsito (a excepción del corte de una calle por la quema de dos vehículos por parte de unos estudiantes) y el tráfico fué totalmente fluido. Es difícil definir aquí “cuanto se redujo o aumentó el tráfico” de vehículos privados, sólo hacer estimaciones. Si la huelga hubiera sido un fracaso Barcelona debería haber colapsado, ya que un día laborable normal hay 2.200.000 de desplazamientos diarios en Barcelona y desde fuera de Barcelona en transporte público y 1.500.000 desplazamientos en vehículos motorizados privados.

Si el 70% de desplazamientos que se hacen en transporte público se hubieran transformado en desplazamientos en vehículos motorizados privados se hubiera tenido el doble de desplazamientos en vehículos privados. Y esto no fué así.

En hora punta los accesos y las principales vías de Barcelona tenían tráfico totalmente fluido y sin incidencias tal y como muestra la imagen del Servei Català de Trànsit.

Si comparamos esta gráfica con el ínidice de congestión habitual en Barcelona en la hora punta de la mañana (8:30h)

Para poder tener esa falta de congestión que es el equivalente al que hay a las 4 de la mañana en todos los accesos implica que en ellos hay un tráfico máximo a un 60% al habitual. Este dato, junto al máximo de desplazamientos del 30% en transporte público en horario punta, implica que entre las 6:00 y las 9:30h hubo alrededor de un 40% de los desplazamientos habituales de un día laborable cualquiera.

Siempre se puede uno ingeniar que ese día los jefes llevaban a sus empleados en sus vehículos privados a trabajar, o que se hizo un carsharing de maravilla, o que todos viajaban atados a las bacas de los vehículos, pero quien lo plantee no tendrá datos y no será más que una especulación. El hecho es que en hora punta 6 de cada 10 de los que se desplazaban por Barna en transporte público y privado no lo hicieron. No se puede contabilizar los que fueron andando (que en Barcelona representa un porcentaje muy importante de desplazamientos, pero no es significativo en el desplazamiento que nos interesa de casa a trabajo), ni los que ese día se sumaron a la horda de trabajadores caminantes, pero los desplazamientos diarios de casa a trabajo son una distancia que acostumbra a no poder recorrerse a pié en un lapsus corto. A lo que vamos, sabiendo que el dato de movilidad en hora punta esconde muchas cosas:

a) No todo el mundo va a trabajar a esa hora, hay más actividades como los desplazamientos de niños a los colegios, estudiantes de secundaria, universitarios, etc.. actividades de ocio, actividades relacionadas con la vida privada y familiar, etc.. Todos estos se vieron afectados como los trabajadores por la movilidad pero estos tenían incentivos y motivos distintos para dejar de hacer su actividad cotidiana. Seguramente los desplazamientos de niños y de estudiantes a los centros educativos se redujo, en cambio aumentó las relacionadas con actividades de carácter personal (un huelguista no se queda en casa viendo a los pajaritos picotear, aprovecha y va a ver la familia, o lleva los niños a la playa, o intenta hacer recados esperando que a donde vaya va a encontrarlo abierto). Poder saber cuál es el “suelo” de esa actividad es menos cuantificable que el consumo eléctrico.

b) El colectivo de profesionales en las vías de la ciudad es un colectivo que ha secundado poco la huelga, por ejemplo el Sindicato del Taxi (también convocante) calcula que el seguimiento en su sector no ha llegado al 50%, y entre los transportistas el seguimiento de la huelga ha sido irregular. Este colectivo influye de sobremanera en el tráfico, más que el que sólo va a trabajar ya que durante las horas punta están todo ese rato ocupando viales.

Hay que tener en cuenta algunas cosas para poder compararlo con un domingo, que indicaría el éxito o fracaso de la huelga según los datos de movilidad. El transporte público funcionó por debajo de lo que sería un domingo (en domingo son el 50% de trenes y el 30-40% de buses y metro durante todo el día, en este caso erea del 25% en horas puntas), y las calles y vías de acceso fueron tan poco utilizadas como un Domingo (sólo se vieron algo de tráfico denso en el acceso de Sant Adrià y Santa Coloma a la ciudad).

Podríamos hacer una estimación de que un 10% de los desplazamientos que se realizan en hora punta en Barcelona son desplazamientos inevitables y que no tienen relación con la actividad laboral y económica. Por tanto de ese 40%, sólo el 30% se debe a la actividad laboral del 29S. Es decir ese día unos 2/3 de los desplazamientos relacionados con la actividad económica no se realizaron en Barcelona en hora punta.

Por otro lado, los que se desplazan por las vías de la ciudad y las carreteras o incluso en el transporte público no son sólo asalariados o trabajadores, también los jefes y los propiestarios, directivos, etc…han de ir de casa al trabajo. Los propietarios, jefes y directivos no están convocados a la huelga (excepto los cargos intermedios) y por tanto estos también forman parte de estos desplazamientos habituales. Lo razonable es suponer que un 5% de los desplazamientos relacionados con la actividad económica y laboral son de directivos y empresarios y no de currelas (o sea asalariados y pequeños autónomos), por tanto una estimación de que “al curro fueron algo menos que un tercio que los que van habitualmente” es una estimación plausible.

Según los datos de movilidad hay un máximo de un 30% de trabajadores que ese día fueron a trabajar en hora punta en Barcelona. Por tanto la estimación más plausible es del 70 o 75%  de seguimiento en la ciudad de Barcelona. Volvemos a la horquilla en la que se mueven los sindicatos convocantes que anunciaron un seguimiento en Barcelona del 80%.

El consumo de red

Utilizar el consumo de red como valoración de la huelga general es un mal indicador. Primero porqué entre otras los propios convocantes utilizaron la red de forma masiva… los sindicatos agotaron sus cuentas de servicios de SMS ese día, se enviaron cientos de miles de correos electrónicos, segundo porqué un huelguista no se queda en casa mirando los pajaritos desde el balcón, está ocioso pero interesado en saber “si la ha cagado siendo el único que hace huelga” o no, mira los medios de comunicación, habla con sus amigos, etc… Los no huelguistas dos cuartos de lo mismo utilizan la red para informarse.

La prueba está en la actividad para informar en twitter de la huelga general y el repunte en visitas en todos los medios digitales y en las webs sindicales.

En definitiva es un mal indicador para valorar el seguimiento de la huelga general, como sería el valorar en plena jornada electoral cuanta gente está votando en base a cuanto han dejado de consumir servicios de internet y transferencia de datos.

Conclusión.

Los datos objetivos nos proporcionan nuevas estimaciones, no datos conclusivos, del seguimiento de una huelga general. Los datos de consumo eléctrico proporcionan una horquilla de participación del 65-70%, para la ciudad de Barcelona nos proporcionan una horquilla del 70-75% de seguimiento. Los datos estimados se parecen bastante y proporcionan conclusiones parecidas, eso no quiere decir que realmente la huelga tuvo un seguimiento entre el 65 y el 70% con 5 puntos más para la ciudad de Barcelona, pero las estimaciones apuntan a que los datos se parecen más al 70% sindical que al 20% de la patronal.

El hecho de que esta huelga tenga más seguimiento que la del 92 y la del 94 y menor que la del 2002 y la de 1988 la pone en un punto intermedio de las huelgas generales. Considerando que la situación de crisis acobarda mucho más a los posibles huelguistas,  que la campaña antisindical ha causado mella  y que el principal partido de la izquierda no secundaba el paro (a pesar de que ha habido una fractura entre los militantes que han secundado el paro y los que no) el resultado es para que los convocantes estén satisfechos.