Las personas que suelen tener poca o ninguna cantidad de pensamientos sexuales y que por ende se quejan de ello pueden estar deprimidas, controladas o incluso estar tan alejadas del flujo de expresión sexual en sus vidas que pueden estar bloqueando de manera involuntariamente los pensamientos tal como son. No obstante, pensar en tener relaciones sexuales no es malo.
En este sentido, no es cierto que las personas que son difíciles para el sexo a menudo tengan más pensamientos sexuales que las personas que tienen acceso al sexo saludable de forma regular. En ocasiones todo ello es lo contrario, las personas que tienen vidas sexuales saludables suelen ser más “erotizadas” en general y es por ello que quieren algo mejor, mientras que las personas que no tienen relaciones sexuales comienzan a preocuparse menos y descartan el sexo como una prioridad. Cuando este último piensa en el sexo, puede ser de una manera más obsesiva.
Tanto la privación sexual como la actividad sexual pueden llevar al pensamiento sexual, esto es tan cierto que muchos especialistas lo indican. En este sentido, pensar en tener relaciones sexuales no es malo y si alguien quiere tener sexo pero no lo tiene en sus vidas, lo pensarán, tal vez incluso se fijen en este.
¿Qué constituye un pensamiento sexual?
Hay más pensamientos sexuales pasando por nuestras mentes que los que nos interesan, y es por ello que luego los estamos designando como “sexuales” en esta medida,
Mientras que los números medianos en este estudio indican que los hombres y las mujeres son más similares en cuanto a la cantidad de pensamientos sexuales, hay una diferencia del género respecto a la calidad de pensamientos sexuales y también hay una diferencia en la forma en cómo se procesan dichos pensamientos.
Los pensamientos sexuales tienden a estar más directamente conectados al sistema de excitación aunque esto depende del genero principalmente. Por ejemplo, un hombre tiene un pensamiento sexual, y casi de inmediato ese pensamiento comienza a convertirse en una acción. Las mujeres pueden tener tantos pensamientos sexuales, pero no parecen estar relacionadas con un deseo real de tener sexo de la misma manera.
Según la metáfora de Nagoski, se conoce que un pensamiento sexual parece poner los engranajes en acción para los hombres en general, pero para las mujeres, un pensamiento sexual es sólo un ingrediente que no necesariamente determina que terminará teniendo sexo.
Cabe destacar que no sólo los resultados ayudan a los hombres a darse cuenta de que son “normales” por supuesto, esto si no piensan obsesivamente en el sexo, pero los hallazgos también pueden dar a las mujeres una nueva visión de sus compañeros. Como ejemplo y en contraste con el estereotipo de que los chicos están siempre pendiente de la acción, se indica en algunos estudios que, al igual que las mujeres, los hombres son se tratan de seres complejos que pueden estar preocupados por muchos problemas que no tienen nada que ver con el sexo. Esto indica que pensar en tener relaciones sexuales no terminaría en acción necesariamente para el género masculino.