Existe la sensación generalizada de que el pecho debe emular las indicaciones de los botes de leche de fórmula, cuando en realidad debería ser al revés. Pensamos que si los señores que han diseñado esos polvos en un laboratorio tienen claro lo que debe comer un bebé según su edad, los expertos en lactancia materna deberían saberlo igual.
Pero nada más lejos de la realidad. Igual que dos adultos de la misma edad pueden comer cantidades muy diferentes a lo largo del día, dos bebés nacidos exactamente el mismo día pueden tener patrones de alimentación completamente distintos.
En el 9º Simposio Internacional de Lactancia Materna la doctora Jacqueline Kent realizó una ponencia muy reveladora con datos sobre la definición de normalidad en los patrones de amamantamiento de los bebés. Kent comenzó afirmando que los indicadores tradicionales que usamos para calcular la idoneidad de la toma son la saciedad, el agarre adecuado, los patrones de succión, la presencia de sonidos de deglucción, la duracción de los brotes de succión o los cambios en el tamaño de la mama. Aúna sí, señaló, todos ellos tienen poca fiabilidad como indicadores de la ingesta total del bebé.
Para superar esta falta de datos, Kent y su equipo diseñaron un estudio transversal en que reclutaron a 71 madres australianas con lactancia materna exclusiva
y bebés de entre 1 y 6 meses a los que amamantaba "a demanda". Cada madre tenía que pesar a su bebé antes y después de cada toma y recoger muestras de leche antes y después de cada sesión de amamantamiento. En un programa informático tenían que apuntar le fecha y la hora, el pecho del que comían y otros factores. Al final del día, el programa calculaba la ingesta total de cada bebé.
Entre las principales conclusiones de este estudio (Volume and Frequency of Breastfeedings and Fat Content of Breast Milk Throughout the Day), que se publicó en la revista Pediatrics en 2006, destaca que la normalidad del amamantamiento presenta una gran variabilidad. En su ponencia del Simposio Internacional de Lactancia Materna, Kent destacó que el 30% de los bebés se alimenta de un pecho en cada toma e ingiere una media de 787 ml al día, mientras que el 13% de los bebés toma los dos pechos en cada toma e ingiere una media al día de 750 mililítros. "Los datos indican que no hay diferencias significativas en la ingesta total de leche entre los bebés que toman de un pecho y los que lo hacen de los dos", subrayó. El resto de los bebés (57%) toman a veces un pecho, a veces de los dos e, incluso, algunas veces vuelven al primero después de haber tomado del segundo.
¿Cuánta leche produce el pecho?
Según los datos obtenidos en el estudio:
- Es normal que el pecho derecho y el izquierdo produzcan cantidades diferentes de leche.
- La media de leche extraída de un pecho en una toma es de 76 ml (con un rango de normalidad de entre 0 y 240 ml).
- La media de leche ingerida en una sesión de amamantamiento es de 101 ml (con un rango de normalidad de entre 0 y 350 ml).
- La ingesta total de leche de un día varía entre 500 ml y 1.200 ml.
"Los bebés que no amamantan por la noche realizan su mayor toma por la mañana", señaló Kent. Y las tomas nocturnas son realmente importantes, ya que para algunos bebés suponen entre el 20% y el 22% de la ingesta total del día.
¿Cuándo se vacía el pecho?
Muchas veces las madres reciben indicaciones sobre el tiempo que deben dejar a su bebé en cada tiempo, poniendo así límites a la demanda del bebé. Los datos recabados por Kent y el equipo de investigadores australianos determina que los bebés sueltan el pecho cuando han tenido suficiente y no cuando el pecho se ha vaciado. De hecho, los pequeños suelen tomar en torno al 67% del total de la leche del pecho y solo lo vacían del todo una vez al día.
En cuanto al tiempo normal al pecho, la duración de las tomas oscila entre 10 y 90 minutos (incluyendo succión nutritiva y no nutritiva).
Ingesta de grasa
Otra gran duda que tienen muchas madres a la hora de abordar su lactancia es cómo asegurarse de que su bebé está tomando la "leche del final", por eso que nos cuentan de que la leche del pricipio es más líquida y la del final más grasa. Pues bien, como ya hemos visto los bebés no se "terminan" el pecho, sino que lo sueltan cuando están saciados y vacían el 67% del pecho, así en un gran número de ocasiones no llegarían a ese "hipotético final".
Pues bien, el estudio de Kent confirma que no hay un cambio brusco en el porcentaje de grasa de la leche, sino que el cambio es gradual y se produce durante toda la tetada, en función de la capacida de almacenamiento del pecho y la leche disponible. En cualquier caso, es el bebé el que elige entre tomarla toda o solo una parte. Los datos del estudio confirman que los bebés que hacen 4 o 5 tomas al día y los que están todo el día en la teta ingieren un porcentaje similar de grasa (entre 15 y 50 gramos al día).
Evolución por meses
Con el objetivo de descartar que las diferencias observadas se debieran a las diferentes edades de los bebés, Kent y su equipo realizaron un segundo estudio (Longitudinal Changes in Breastfeeding Patterns from 1 to 6 Months of Lactation), este longitudinal, para observar las variaciones en el comportamiento al pecho según el bebé va creciendo. En dicha investiación, se observó que entre el primer y el tercer mes se redujo tanto el número de tomas (de 7,6 a 6,6 al día) como la duración de las mismas (de 36 a 29 minutos) con un aumento de la cantidad media de leche consumida (de 106 a 126 ml). Entre el tercer y el sexto mes, la frecuencia y la cantidad de leche ingerida en cada toma permaneceiron constates, mientras que la duración disminuyó hasta los 23 minutos.
Sin embargo, druante todo el periodo de lactancia materna exclusiva estudiado (1-6 meses), la cantidad total de leche consumida al día permaneció constante, con un promedio de 808 ml. +
Así pues, la realidad es que los bebés amamantados tienen un patrón de alimentación que está muy alejado de las normas impresas en los botes de leche de fórmula y no parece deseable ni realista intentar forzar a los bebés a que imiten estos patrones. Tampoco es deseable ni realista intentar alargar o acortar las tomas, espaciarlas o hacerlas más frecuentes ya que los que tienen claro lo qué quieren y cuándo lo quieren son los bebés.
Aprovecho estas líneas para felicitar a todas las madres lactantes pasadas, presentes y futuras en la Semana Mundial de la Lactancia Materna que se celebra durante estos días.