¿Cuánto cuesta sentirse seguro?

Publicado el 09 diciembre 2014 por Gsnotaftershave @GSnotaftershave

Abraham Maslow, académico y psicólogo norteamericano, creó una pirámide de necesidades que tiene una base muy concreta formada por dos grupos de necesidades básicas: las fisiológicas (sed, hambre, sueño) y la seguridad y el resguardo.

Sobre esta base se sustentan las necesidades psicológicas (pertenencia, amistades y lazos sociales) y las de auto-realización. Sin la seguridad, todo lo demás no tiene asidero. Sin embargo, ¿cuánto cuesta sentirse a salvo?

Ropa anti-balas, funerarias en expansión, blindaje de autos y barrios cerrados son algunos de los negocios que proliferan en Latinoamérica gracias al aumento de la delincuencia.

ROPA ANTIBALAS EN VENEZUELA, MÉXICO Y COLOMBIA

En Colombia, México y Venezuela hay una exclusiva marca de ropa que tiene una vidriera distinta: el valor de las prendas no se mide en la importancia la firma de algún diseñador italiano o francés, sino en la cantidad de balas que puedan resistir.

Miguel Caballero es un empresario colombiano que decidió llevar la venta de chalecos antibalas al día a día de sus clientes. Su empresa crea indumentaria liviana (una camiseta puede pesar unos 910 gramos) diseñada para proteger a los ciudadanos todos los días. Además, es antibacterial y térmica, para no morir de calor.

Si en cambio la persona quiere algo con un poco más de espesor, puede optar por un chaleco tipo reportero, de 1,7 kg y un valor de 3900 USD.

Camiseta antibalas. Cortesía de MiguelCaballero.com

Y si la preocupación son los hijos, Caballero vende mochilas con escudo antibalas y chaleco incorporado a unos 490 USD.

Su empresa está en expansión: al ver que la demanda de sus productos en Venezuela se equiparaba a la de Colombia y México, en abril el colombiano dispuso un distribuidor en este país con las mayores reservas petroleras mundiales, pero también conocido por la saña de sus delincuentes y por los millones de armas ilegales que circulan por sus calles.

BLINDAJE DE AUTOMÓVILES
En Argentina es común el robo en autopistas con una modalidad repetida. Tiran una piedra/balín o cualquier otro elemento al coche que circula por la autovía y cuando se detiene por la rotura del cristal, lo asaltan.
Por eso, cada vez más personas deciden reforzar el parabrisas y los vidrios laterales. Para este existen dos tipos de blindaje anti vandalismo: Poliflex Iron Glass.

Poliflex es un sistema de tratamiento químico que se coloca en todos los vidrios del auto, (lunetas, parabrisas, techo y vidrios laterales). Tiene un valor en efectivo de 1.331 dólares al valor oficial.

El Iron Glass es un proceso más resistente: el vidrio se extrae y se coloca en un horno donde policarbonatos se funden y se moldean. Sale unos 2.044 dólares.

Blindaje de autos.

En Venezuela, un empresario confesó a AFP que pagó unos 40.000 dólares para blindar su automóvil y el de su esposa. “Es un dineral, pero lo hago por la seguridad de mi familia”, explica. Además, tiene un escolta fijo por el que paga unos 2.500 dólares mensuales.

DE LA MECÁNICA A LA FUNERARIA

Hace algunos años, el fotógrafo Rodrigo Abd reportaba que en Guatemala algunos mecánicos y pequeños empresarios habían dejado sus negocios para convertirse en “calaqueros”, es decir dueños de una casa funeraria.

El fotógrafo se encontró con esta historia y este submundo gracias a la cobertura de escenas del crimen, a la que estos profesionales de la muerte acuden para buscar clientes. Un punto importante en este tema es que en Guatemala hay un promedio de 17 asesinatos por día (dato de 2011) y que prácticamente las casas velatorias no tienen regulación en este país centroamericano.

BARRIOS CERRADOS, BARRIOS CAROS

En los ’90 hubo un boom inmobiliario en Argentina fomentado por el tipo de cambio y la creciente inseguridad. En algunos terrenos de los conurbanos de las grandes ciudades y pueblos cercanos a las metrópolis nacieron los “countries”.

Un “country” es un barrio cerrado que tiene varias comodidades entre las que se incluyen, pileta, cancha de tenis, house club para las reuniones y los más exclusivos tienen lagos privados, club de golf y hasta shopping.

Pero el atributo más importante del country es la seguridad. El barrio, al ser cerrado, no permite la entrada de cualquier persona. Muros, vallas y alambrados lo separan del resto del conurbano de las ciudades.

Nordelta, uno de los barrios cerrados más emblemáticos de Buenos Aires, desde el aire. Captura de Google Maps.

A la seguridad del country se contrapone un precio. El metro cuadrado de terreno sin construir dentro de un barrio privado en el norte de Buenos Aires varía entre 35 y 120 dólares. El precio construido sube a unos 550 dólares.

Si uno se resigna a no elegir el diseño de la casa puede conseguir precios de 145/190 mil dólares, aunque incluso pre-construidas, algunas casas pueden valer hasta un millón. 

A esto hay que sumarle el valor de las expensas, de entre 120 y 150 dólares mensuales, y del transporte, ya que suelen estar a distancias de más de 20 km de las ciudades.

Así, la seguridad se ha vuelto un negocio rentable en Latinoamérica. Y aunque los empresarios que promueven estos negocios no salgan muy seguido en la revista Forbes, son claramente casos de oportunidad y éxito.