Asia
Publicado el 15 octubre, 2013 | por Miguel Ángel Luque
China no se libra de la corrupción. Con más de 800 denuncias diarias, el país oriental demuestra que pese a sobre el papel ser un modelo político muy diferente al occidental, su sistema centralizado tampoco logra deshacerse del mayor problema que sufre el sector público de medio mundo: el gasto público sin control.
El pasado 2 de septiembre, la administración del presidente Xi Jinping puso a disposición de sus ciudadanos un sitio web donde poder denunciar abusos de funcionarios, con el objetivo de acabar con el endémico mal que asola al país, y los resultados han sido sorprendentes: más de 24.000 denuncias de corrupción en apenas un mes.
Viendo cómo anda China, podríamos empezar a pensar que la trama Gürtel en España tampoco es para tanto, pero cabe recordar una cosa importante antes de iniciar odiosas comparaciones: el Partido Comunista chino prácticamente dobla la población de España sólo en afiliados, con 71 millones de militantes en datos de 2007. Pero el espectacular aumento de la corrupción, unido a la desaceleración de su economía, y a una clase media cada vez más empobrecida (¿de qué nos suena esto?) empieza a crear dudas sobre la idoneidad de su sistema para un mundo cada vez más globalizado, cuestionando durante cuánto tiempo podrán mantenerse los comunistas en el poder. Lo que no han conseguido siete décadas de abusos, censura y violaciones de derechos está a punto de conseguirlo la corrupción.
Parece poco probable que los chinos tengan ganas de echarse a la calle al grito de “Que no nos representan” como si del 15M se tratara, con recuerdos como el de 1989 en la plaza de Tiananmen aún en la memoria, por ello donde se debe empezar a buscar síntomas de cambio no es en las calles, si no en las universidades. Y es que, como FT informa en un extenso reportaje, la Escuela Central del Partido se encuentra cada vez más alejada del adoctrinamiento Marxista-Leninista que esgrimía desde su fundación en 1933, abriendo su plan de estudio a la economía, derecho y el pensamiento político de occidente. Y teniendo en cuenta que de esas aulas saldrán los futuros dirigentes del país, pensar en que llegarán a las altas esferas con algo más que El Capital y las teorías de Mao en la cabeza abre la puerta a poder soñar con una sociedad china alejada del incongruente comunismo-capitalista actual.
Visto en: Periódico Digital.