Revista Opinión

Cuánto va a durar la crisis. Cuanto peor, mejor, es un problema de gradualismo porque ellos saben que todo se puede ir al traste si los sindicatos cumplen con su labor.

Publicado el 23 diciembre 2011 por Romanas
Cuánto va a durar la crisis. Cuanto peor, mejor, es un problema de gradualismo porque ellos saben que todo se puede ir al traste si los sindicatos cumplen con su labor.
¿Cuál es el desideratum de esta gente?: seguridad social, cero, despido absolutamente libre, cese absoluto del llamado Estado del bienestar.El problema es cuánto resistirá la gente antes de echarse a la calle, es, por lo tanto, un problema de graduación de la presión, hasta dónde, hasta cuándo se puede seguir presionando a la gente porque si la clase media ha terminado de aburguesarse y no moverá un dedo en el buen sentido, en España, que es lo que conocemos mejor, más de la mitad de la población está harta de pasar las peores calamidades de modo que para ella tal vez rija ese mismo principio de cuanto peor, mejor.O sea que, como casi siempre, se trata de resolver una maldita ecuación: cs, capacidad de sufrimiento <> cp,capacidad de presión=LM, límite máximo de resistencia social,  de tal modo que a un aumento de cp se produce una disminución de la capacidad de sufrimiento, cs, de manera que se trata de averiguar cuando cs bajo la cp, o sea la capacidad de presión, alcance su límite máximo, o sea, LM, y, entonces, todo salte por los aires.La cuestión es: ¿puede aumentar continua e indefinidamente cp, la capacidad de presión?En ese estudio se hallan ocupados las “mejores” cabezas pensantes de lo que yo llamo regresión, porque supone, la vuelta a los principios que regulaban la prestación de los servicios laborales en la Edad Media, con el derecho de pernada incluido.De que la vuelta a aquella situación no se produzca bruscamente se encargan los sindicatos, que, como no tienen vocación suicida, contemplan altamente preocupados el desarrollo de los acontecimientos.Las que no parecen preocuparse mucho son las fuerzas reaccionarias de la sociedad, como son marxistas convencidas, todo eso del capitalismo ultraliberalista no es sino una inmensa cortina de humo, saben que, mientras ellas tengan la sartén de la economía por el mango, todo irá como Dios manda, porque ésa es otra, la Iglesia catoliciquísima, mucho ensalzar la pobreza, mucho bendecir a los pobres porque de ellos va a ser, ¿cuándo? el Reino de los cielos sino que además van a poseer la Tierra, pero, mientras, no sólo le echa mano a todo lo que puede sino que siempre se alinea con el poder económico porque siempre, siempre, siempre se le pega algo.Así las cosas, ¿qué va a pasar? Pues que esta ultraderecha capitalista liberal que nos gobierna,siguiendo como siempre en pos del máximo y más rápido enriquecimiento,continuará apretándonos las clavijas tanto como le permita la situación, para lo que encargará a los directores de los medios de comunicación que dominan casi absolutamente que infecten la las mentes de las clases populares a través de la basura televisiva y la intoxicación periodística para que sigan creyendo estúpidamente que son precisamente los que nos han sumido consciente y voluntariamente en esta espantosa crisis los que van gentilmente a sacarnos de ella. Habrase visto nunca estupidez semejante, pues, bien, ahí están las clases populares, entregándose, atadas de pies y manos, a esa misma gente, los directores de Lehman Brothers, Goldman Sachs y el Fondo Monetario Internacional, la quinta esencia del poder ultraliberal supercapitalista del mundo, que ha hecho, está haciendo y hará todo lo posible por extraerles hasta la última gota de sangre de sus venas, votando en las últimas elecciones españolas a los que nos han llevado a esta terrible situación en que ahora nos encontramos, no, no es estupidez, es una inconcebible locura suicida colectiva que no cesará hasta que todos hayamos reventado bajo esa bota ultracapitalista que  nos aplasta contra el suelo.La única esperanza que nos resta son los sindicatos.Pero ¿hasta qué punto no se hallan penetrados por las quintas columnas del capital, que les ofrecen las migajas que se desprenden de sus opíparos banquetes, hasta qué punto no se hallan hipnotizados por una teorías económicas ultaliberalistas que imponen como dogma inatacable ése de que nos hallamos en el mejor de los mundos posibles y que sería una locura todo lo que signifique atentar contra él?

Volver a la Portada de Logo Paperblog