25 Julio 2011, Jaime Richart
España es un reducto del fundamentalismo cristiano y aldeano en el más ruin de los sentidos.
Un fundamentalismo que no sólo se expresa en las conferencias episcopales y se oye en las homilías. Es un fundamentalismo implícito y encerrado en el pensamiento de multitud de conservadores del partido correspondiente, pero también en el pensamiento de militantes del partido en el gobierno que dan frecuentes señales de ser no humildes cristianos sino fanáticos de clase. Ahí tenemos el ejemplo de un tal Bono. Bono, un rico por excelencia y cristiano de santiguar; un cristiano que se la juega, pues su opulencia hace más difícil que entre en el reino de los cielos que el que un camello pase por el ojo de una aguja....