¿Cuántos católicos hay en Líbano?

El Líbano es el país de Medio Oriente con más católicos del mundo con cerca del treinta por ciento de su población practicando dicho credo.
Joseph Ratzinger en su calidad de 265vo Papa de la iglesia católica romana realizará del catorce al dieciséis de septiembre [de dos mil doce] una visita pastoral a dicho país para firmar -a manera de acto protocolario- y entregar la exhortación postsinodal de la asamblea especial para Medio Oriente del Sínodo de obispos Ecclesia in Medio Oriente.
Por dicha ocasión el Vaticano, a través de la Oficina Central de Estadística de la iglesia católica -establecida, sea de paso, en 1967 por el Papa Pablo VI- dio a conocer las estadísticas de su sucursal en el país asiático.
De 4.255.000 habitantes totales cerca del treinta y nueve por ciento son cristianos [divididos entre ortodoxos, maronitas, protestantes y católicos] y de éste porcentaje casi el veintinueve por ciento son católicos [entre romanos, los tradicionales, de occidente; católicos orientales y cardeos; ambos en comunión con el papa romano]. El gran porcentaje de fieles lo ocupa la religión musulmana con poco más del cincuenta por ciento de la población entre chiitas, sunitas, drusos y alauitas -ramas del islam-.

Líbano cuenta con una superficie total de diez mil cuatrocientos kilómetros cuadrados y promulgó su independencia -de Francia- en 1943. Sus idiomas oficiales son el árabe y francés; están constituidos como República parlamentaria confesional [evidentemente su credo oficial es el islam].

Algo que resulta curioso es que desde 1970 no se realiza un censo oficial en la nación por lo cual, según la Oficina de Prensa del Estado Pontificio, los datos poblacionales presentados son solo estimaciones. Siguiendo con números oficiales del Vaticano, el país cuenta con veinticuatro circunscripciones eclesiales, poco más de mil cien parroquias y treinta y nueve centros pastorales. Hay además cincuenta y tres obispos, dos mil setecientos noventa y siete religiosos y religiosas, mil quinientos cuarenta y tres presbíteros y dos mil trescientos misioneros laicos. Hasta el 31 de diciembre [de dos mil once] el seminario libanés hospedaba a cuatro cientos cincuenta aspirantes al sacerdocio. Novecientos siete centros educativos del país son de la iglesia católica que superan los cuatro cientos mil alumnos; además dirigen 28 centros de educación especial, treinta hospitales, treinta y nueve casas para ancianos, 63 orfanatos y veintidós consultorios-centros para la protección de la familia. ¿A qué asiste Ratzinger a Líbano? Como mencioné al inicio, acude en ocasión a la firma -y posterior publicación/difusión- de una exhortación postsinodal, documento que entrega [el papa] a los obispos con las pautas-lineamientos-conclusiones obtenidas de un Sínodo de obispos.

¿Qué es eso?: el Sínodo de obispos fue creado por Pablo VI el quince de septiembre de mil novecientos sesenta y cinco como consecuencia del Concilio Vaticano II que planteó la necesidad de mantener vivo el espíritu nacido posterior a dicho encuentro. En pocas palabras, es una asamblea general de obispos -católicos, desde luego- en donde éstos le brindan su consejo al pontífice en una situación particular; en el caso de Líbano, se reunieron el ocho de diciembre de dos mil nueve para dialogar el cómo la iglesia de Medio Oriente puede ser un signo de comunión y testimonio. Sínodo, etimológicamente, proviene del griego syn [juntos] y hodos [camino] y busca expresar la idea de: caminar juntos. El objetivo central del encuentro religioso es intercambiar información y compartir experiencias en búsqueda de soluciones pastorales con validez y aplicación universal.

La imagen a continuación creo que marca historia: un pontífice acompañado de una fraterna frase en árabe [bienvenido] que celebra la visita del pastor alemán; y más debajo el itinerario -a manera de infografía- del vigésimo cuarto viaje pastoral de Joseph Ratzinger como papa de la iglesia católica.