A, grandes rasgos, las características que definen mejor a esos miles de millones de habitantes son la raza, la religión y el régimen político. Son connotaciones a tener en cuenta la fisonomía, estabilidad, renta per capita y desarrollo adquirido. Las cuatro razas más definidas son la asiática o amarilla, la negra o africana, la blanca o europea y la australiana o melanesios de piel oscura. Es un tema difícil de discernir, porque se ha convertido en tabú por su afinidad con el racismo.
Las cuatro religiones más arraigadas son la cristiana, la musulmana, la budista y el hinduismo. En el Anuario Pontificio de 2009, que recoge los datos de la Iglesia católica relativos a 2007, los católicos eran 1.147 millones. Unidas las ramas con el nombre genérico de cristianos, son 2.100 millones. Casi el 40 % de los católicos viven en países de misión, de los cuales, el 30 % pertenecen a América . El 70 % restante corresponde a los católicos europeos y al resto de países extendidos por todo el mundo. Los católicos aumentaron en Oceanía (4,7%), África (3%), Asia (1,7%) y Europa (0,8%). En América descendió un 0,1 %. El número de sacerdotes también experimentó un moderado aumento desde el año 2000, tras veinte años de descenso. De los 405.178 sacerdotes en el año 2.000, han pasado a 408.024 en el 207. España sigue siendo un país católico casi en un 80 %, aunque sólo con un 10 % de practicantes. El Islam cuenta con 1.820 millones de musulmanes. El Budismo, entre 900 y 1.600 millones. Y el Hinduismo, con 900 millones. Otras religiones y sectas tienen menos importancia cuantitativa.
El otro rasgo que distingue a los pueblos es la forma de gobierno o sistema político que adoptan. Los regímenes más frecuentes son Repúblicas: Parlamentarias, Presidencialistas, Semipresidencialistas y Unipartidistas. Siguen las Monarquías: Constitucionales o Parlamentarias, Constitucionales con poder regio, Absolutas y Totalitarias. Y otras formas de gobierno son: Teocracias, Juntas Militares y en vías de transición. España es una Monarquía constitucional-parlamentaria.
Los números son atosigantes, pero elocuentes. Los sociólogos alertan del aumento de población en el mundo. Las razas acusan de los desniveles sociales que amenazan choques mundiales. Y las religiones advierten de la necesidad de justicia, de paz y de amor. Ser conscientes de nuestra realidad es el primer paso para un mundo distinto.
JUAN LEIVA