Cuatro bodas singulares en el Monasterio de Piedra

Por Termalistas @Termalistas


Bodas en el Monasterio de Piedra

Con más de 800 años de historia, el Monasterio es un atractivo reclamo para aquellas parejas que desean darse el `sí, quiero´.
Elegir el lugar donde contraer matrimonio no es una decisión baladí. Ningún detalle puede quedar al azar en uno de los días más importantes para una pareja de enamorados que, muy seguros de ello, deciden dar el gran paso. El entorno, la ceremonia, el banquete, las flores, el servicio, cualquier mínimo detalle debe estar cuidado al milímetro para que todo salga perfecto. Esto es lo que debieron pensar estas cuatro parejas que decidieron darse el `sí, quiero´ en un espacio singular y que rebosa encanto, el Monasterio de Piedra.
Aquí os dejamos algunas de las historias más originales de enlaces celebrados en el Monasterio de Piedra.
Una boda con altura:
Cuando Priscila y Diego comenzaron a planear su boda, no tenían duda de que ésta debería estar `a la altura´. Estos dos pilotos del ejército sabían de lo que hablaban. Cuando has viajado por medio mundo es difícil dejarse sorprender. Sin embargo, esta pareja se ilusionó con un espacio que aúna arte, naturaleza y una oferta gastronómica que respondió al alto nivel de sus expectativas.
De Inglaterra a Zaragoza:
La tradición invita a celebrar la boda en el lugar de procedencia de la novia. Es lo que debió pensar Sofía, de Zaragoza, cuando decidió organizar su boda con su novio británico, William. Como muestra de amor de él hacia ella, el día previo a la boda William le cantó una jota que estuvo ensayando con la Rondalla Bilbilitana durante varios meses. ¡Incluso se puso un cachirulo!
Zaragoza y Chile nunca estuvieron tan cerca:
Jorge y Mariela se dieron el `sí quiero´ en un ambiente puramente chileno. Él, de Zaragoza, quiso homenajear de esta manera a su entonces novia, de Chile, para tender un puente que la ayudara a sentirse como en casa. Y lo consiguieron, contratando los servicios de un restaurante chileno ubicado en Zaragoza. El pastel de choclo, la bebida chilena Pisco Sour o la causa se sirvieron en un banquete preparado a contrarreloj, pero que no pudo salir mejor y en el que el sabor chileno fue el protagonista de la velada.
Una boda de película:
La boda de Cecilia y David no pasó desapercibida, se convirtió en una de las más singulares celebradas en el Monasterio. La novia es una profesional de la producción de películas y, por ello, decidieron que su boda se convirtiera en una obra cinematográfica. El espacio se ambientó con un estilo medieval, muy en línea con el propio entorno del Monasterio. Sin embargo, durante la ceremonia y cóctel se fueron introduciendo `elementos galácticos´ de la saga Star Wars. Los novios terminaron portando espadas láser en su posado al caer la noche. ¡Que la fuerza os acompañe!