
Del otro lado del océano, un camaleón ibérico, que igual nos puede hacer carcajearnos hasta doblarnos torácicamente (Amantes pasajeros), quedarnos con la boca en forma de circulo de la impresión (Hable con ella), o ponernos serios ante su impenetrabilidad (Lucía y el sexo). Hablamos de Javier Cámara, un consentido del cine español quién ha logrado más de una treintena de papeles y dos Premios Goya hasta el momento, como protagónico y como reparto.
El filme nos logra arrancar sensibilidades a lo largo de los 108 minutos de duración, manteniendo una expectativa constante a pesar de su ritmo lento. La narrativa nos lleva por cuatro días en la vida de nuestros personajes, sin embargo, nada queda flotando, parece que la claridad en la película nos es un obsequio prematuro y bien valorado.
Es posible plantear situaciones cómicas en temáticas tan dramáticas, al menos es una lectura personal del espíritu que el director quiso lograr con la historia. Parece que Cesc Gay ha logrado dominar esta ambigüedad genérica, ya que en Una pistola en cada mano, logra mezclar la comedia con el drama. Cabe destacar que, en ambas producciones repite reparto con Javier Cámara y Ricardo Darín.
