2º Recapacita un poco sobre ello. Tu cuerpo es el único que tienes hasta que te mueras ¿le echarías a tu coche gasolina adulterada o con posos? ¿cuidas más a tu coche que a tu cuerpo?
3º Lee los ingredientes de todo lo que vayas a comer.
4º Y ahora... decide si te lo comes o no. Como ves, está en tu mano.
Ya está ¿a qué es fácil?