En un caso extremadamente raro reportado en la revista Journal of American Transplants , tres de cada cuatro pacientes murieron de cáncer de mama después de recibir órganos contaminados de un único donante.
Los órganos de una mujer de 53 años fueron donados a la medicina después de que ella murió de un derrame cerebral en 2007. Sin el conocimiento de los médicos, tenía rastros indetectables de cáncer de mama en su cuerpo: exámenes realizados en ese momento (incluido un examen físico, Rayos X y un ultrasonido) regresaron completamente negativos.
Ahora sospechan que el donante había metastatizado cáncer de mama y que pequeños grupos de células imposibles de rastrear se habían dirigido a cada órgano trasplantado. Estos fueron capaces de progresar en los nuevos cuerpos con la ayuda de medicamentos inmunosupresores.
Fue solo 16 meses después de que los órganos se trasplantaron en los pacientes donantes que uno se enfermó y fue ingresado en el hospital con una disfunción de trasplante. Los médicos encontraron cáncer en los ganglios linfáticos de su pecho, y un análisis posterior que examinó el ADN de las células cancerosas descubrió que se había originado a partir de los órganos del donante, en este caso, dos pulmones.
Después de aproximadamente un año de haber sido diagnosticada, ella murió. A los otros tres pacientes donantes se les recomendó que se sometieran a pruebas para ver si sus órganos también se habían infectado con células cancerosas.
En 2010, las pruebas dieron resultados negativos, pero solo un año después, a una mujer de 59 años que había recibido el trasplante de hígado se le diagnosticó cáncer. Se descubrió que las células eran cáncer de mama. Una vez más, se originaron del donante de órganos.
Para evitar el riesgo de complicaciones, la mujer optó por no tener un trasplante de hígado y en su lugar comenzó el tratamiento de radiación. Inicialmente, fue un éxito y la enfermedad pareció mantenerse estable, pero en 2014, siete años después del trasplante y tres años después del diagnóstico, falleció.
El tercer paciente que murió por cáncer “derivado de un donante” fue una mujer de 62 años que se había sometido a un trasplante de riñón. El cáncer de mama en el riñón izquierdo se diagnosticó seis años después del trasplante, momento en el que ya se había diseminado al hígado, el hueso, el bazo y el tracto digestivo.
El cuarto paciente era un hombre de 32 años diagnosticado con cáncer de mama en el riñón derecho en 2011. En este caso particular, los médicos pudieron extirpar el órgano infectado. El hombre dejó de tomar medicamentos para suprimir el sistema inmune y comenzó un proceso de quimioterapia, que fue exitoso. Hoy, el hombre está libre de cáncer.
Si bien este es un ejemplo desconcertante de cómo los órganos de los donantes pueden causar efectos secundarios negativos, vale la pena recordar que estos casos son muy, muy raros. Según los autores del artículo, existe solo un 0,01 a 0,05 por ciento de posibilidades de transmisión tumoral para cualquier trasplante de órgano único. Eso es menos de una instancia por cada 2,000 casos.
“Esta baja incidencia implica que las prácticas actuales de detección de donantes para tumores malignos son efectivas”, agregan .
“No está claro si una tomografía computarizada de predonación del cuerpo total del donante pudo haber revelado la malignidad. El inconveniente de una tomografía computarizada de rutina para todos los donantes es que aumentará los hallazgos clínicamente irrelevantes, lo que podría conducir a un mayor rechazo de los donantes y una disminución del ya escaso grupo de donantes “.
Chaman Norteño
Curandero de las Huaringas
Soy una Hombre que viaja entre las meditaciones, rituales y sueños. Enamorado del arte del Tarot y La Magia Blanca. Me siento afortunado de poder llevar alegría y ayuda a las personas que me consultan cada día y doy gracias por ello