Cuatro reglas de alimentación que se hicieron para romper

Por Elijoestarbien @elijobienestar

Entre muchas otras cosas, soy realmente afortunada porque tengo una mamá que se esforzó muchísimo en inculcarnos hábitos de alimentación saludables a mis hermanos y a mí.

Todas las gracias del mundo no alcanzan para agradecerle lo mucho que hizo y hace por mí y  muchas de sus enseñanzas me siguen y seguirán acompañando en la vida para mi bien. 

Hay 4 que me enseñó que he decidido “desaprender”:

1. No te levantas de la mesa si no te acabas la comida.

Los niños tienen una capacidad para autorregular su consumo de energía increíble, pero la vamos perdiendo conforme crecemos en este mundo de “por $5 pesos más, cambia tus papas y refresco chico por unos gigantes”.  Es preferible servir una porción más pequeña y pedir más, que servir más y “tener” que dejar limpio el plato a costa de ignorar las señales de saciedad que te envía tu cuerpo.

2. Con la comida no se juega. 

Por supuesto que no estoy proponiendo jugar guerra de jitomatazos, ¿pero quién dice que para mostrar respeto, la comida tiene que ser aburrida? Adorna la comida creativamente o juega a buscar formas divertidas utilizando frutas y vegetales, combina texturas o temperaturas para hacer combinaciones interesantes.

Si tus hijos son visuales, la comida les entra por los ojos; si son kinestésicos por el gusto, olfato y tacto y si son auditivos por los sonidos que produce la comida al ser masticada: pregúntales en su lenguaje y haz las comidas más interactivas

¿No sabes qué estilo es tu hijo o hija? Lee acá este post.

3.  Aquí no es restaurante.

A pesar de que mis hermanos y yo éramos bastante fáciles para comer, de repente nos entraba lo renegados jaja. Creo que en esas ocasiones habría ayudado preguntarnos (de entre opciones saludables que nos diera mi mamá), qué preferíamos comer.

No solamente es más fácil que te comas algo que se te antoja, sino que eres partícipe de decisiones familiares y eso está padrísimo.

4. Porque lo digo yo. 

Hoy sé que si mi mamá nos decía que debíamos desayunar, era por una (bueno, muchas) buena razón. Esta frase es buenísima: Cuando los hechos gritan, las palabras no se escuchan.  Todos -y los niños no son la excepción- aprendemos con el ejemplo.

Tú también desayuna, tú tampoco te saltes comidas, tú también prueba nuevas verduras que antes no te gustaban: o todos coludos, o todos rabones y platica con ellos sobre la experiencia.

¿Consideras que alguna de las reglas que te enseñaron, deberías romperla? ¿Cuál?

Sígueme en facebook o twitter

Si te gustó este artículo, probablemente te interese:

  • Sabiduría japonesa: come mejor y vive más.
  • Dime qué comes y te diré cómo te sientes …
  • 3 errores durante el desayuno
  • 9 tips de peso para tener tu cuerpo ideal

Zemanta