Cuatro sonetos para un fin de año.

Publicado el 31 diciembre 2016 por Lulesi

 

Soneto a quién yo me se

“Rosa, alcaldesa, muerte viva

en vivo traicionó a sus electores

llevándose el asiento con clamores

se fue al PSOE sin pagar el IVA.

Sillón inmortal. El cargo inerte,

ni conoce fidelidad ni la evita.

Corazón interior no necesita

solo sentar su higo en plena suerte.

Pero yo te sufrí en la alcaldía

falso populismo sin cintura

procesión y peña en la noche fría

Llena pues de palabras tu locura

miembros y miembras, tu decías,

tránsfuga de tú idea oscura.”

Soneto a un bigote

 

“Cierto bigote en forma peregrina

se metió a gobernar siendo pepero

y muchos mangantes lleváronse dinero

y en Génova se les dio la disciplina.

Buscose botella tonta, tontina

y en las Azores hizo de barbero

buscando armas siendo herrero

y hablando tejano en la cocina.

A “destrucción masiva”  llega

este  metro y medio, guerrero

Sinvergüeza,  justamente vano,

que en oro engasta, tanta ignominia,

Rato y Faes a  donde pega:

que tanto roba a castañas y gusanos.”

El oro de Montoro.

 

“La llave de la caja por ser más “diestro”,

dieron al tal Cristóbal, y por cercano

amigo de los que evaden por su  mano,

pues le tienen en España por cabestro.

Aunque en esto de indultar es el maestro

y de evasores es muy cercano

a Panamá se fue el muy “cristiano”

con las cuentas offshore sin secuestro

Pero como nunca hombres han visto:

Un uno por ciento sólo han pagado

marqueses, franquistas y futbolistos.

Esta Hacienda es un “cerrado”

donde de los ricos no paga ni  Cristo

y defraudan a casquillo quitado.”

Soneto a Carajaca

“Del derechamiento que padece

De las “conquistas” que presenta,

Del “izquierdismo” que aparenta

Le viene a usted el morro, me parece.

Muy menguada, Carajaca, lo que ofrece,

para después tenerse tanto en cuenta,

ni para pretender ser la tormenta

cuando sólo un chorrito le florece.

Que usted sabe muy bien doña Susana

a quien apoya con tantas “ganas”

del coro, su partido, iría hasta el caño.

del coro, su partido, iría hasta el caño.

Y del caño, quizás, iría hasta el coro,

en un ir y venir, Javier, tesoro,

con Gestoras, con votos y sin  escaños.”


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