Las señales que envía el régimen de La Habana son coherentes con su estilo de siempre, aunque las circunstancias deberían apuntar en otras direcciones. En medio de la crisis en todos los sectores de la economía y del decrecimiento del producto interno bruto, dejan en claro que la ideología sigue siendo lo más importante y que no es prioridad que los cubanoamericanos sean inversionistas, repatriados o No.
El fracaso del proyecto para ensamblar tractores de una marca estadounidense en Cuba sirve para enviar un mensaje no sólo a Cleber LLC sino a todos lo interesados en invertir en la isla.
El propio Saul Berenthal, uno de los dueños de la marca inversionista relaciona las negativas presuntamente con el hecho de que comenzó un proceso de repatriación para “convertirse” en cubano.
En las leyes cubanas no existe la posibilidad de que los propios ciudadanos del país establezcan compañías privadas e inviertan a mediana o a gran escala.
Los cubanos solamente pueden ser “cuentapropistas”, un término acuñado por el gobierno de la isla para referirse a los trabajadores por cuenta propia o no estatales, para evitar llamarlos privados.
Cleber LLC pretendía ensamblar tractores en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM). En la Feria Internacional de La Habana Berenthal supo que el proyecto había sido rechazado por el gobierno cubano.
Con información de Cubanet y El Nuevo Herald.
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