La Unidad de Inteligencia de la revista especializada The Economist publicó el viernes su Indice de Democracia 2016, donde Cuba aparece a la cola del continente americano.
De acuerdo al informe, Cuba está en el puesto 128 de 167 países analizados y es el único país del continente que clasifica como un “régimen autoritario”.
El régimen de Castro suspende las cinco categorías de indicadores que analiza esta publicación y obtiene además las peores notas de América en las categorías “Proceso electoral y pluralismo” y “Libertades civiles”.
De acuerdo a The Economist, un “régimen autoritario” es aquel en el que no existe el pluralismo político; donde las elecciones – en caso de ocurrir- no son libres ni justas. Es aquél en que se ignoran los abusos y violaciones de libertades civiles y donde los medios de prensa son estatales o están controlados por grupos afines al régimen. Estos países se caracterizan por la represión a las críticas al régimen y carecen de un poder judicial independiente.
“Muchos países en esta categoría son rotundas dictaduras” expresa el informe.
En el hemisferio, le siguen a la cola de la democracia Haití y Venezuela, mientras que Canadá y Uruguay son los únicos países del continente que se considera gozan de una “democracia plena”.
The Economist destaca en su análisis la caída de los EEUU del primer grupo de democracias a “democracia con faltas” caracterizada por la caída en puntuación dentro de la categoría “Funcionamiento del gobierno”.
Respecto a América Latina, el informe señala que es la región en desarrollo que goza de un mayor nivel de democracia, pero alerta de que es un nivel decreciente.
Además, destaca que mientras el resto del mundo está viendo un auge de movimientos populistas, la región de Latinoamérica está experimentando una “resaca de populismo”, tras una década de líderes populistas. Se mencionan como muestras de ello la salida del poder de Argentina del kirchnerismo y la destitución de Dilma Rousseff en Brasil.
En la región los países que han experimentado un deterioro más preocupante son Venezuela y Nicaragua, debido a sus líderes – Nicolás Maduro y Daniel Ortega – que buscan mantenerse indefinidamente en el poder “a expensas de las normas democráticas”.