Por su parte, Cuba ha rechazado su calificación como país patrocinador por muchas "incoherencias" de la argumentación de Washington. Desde 1982 el Departamento de Estado norteamericano incluye a la isla en su lista negra anualmente, por lo que los cubanos lo consideran como una "vieja mentira". Este año EE. UU. ha declarado a Irán, Siria y Sudán como naciones patrocinadores del terrorismo.
Luis Rumbaut, director de comunicaciones del Fondo Educacional Alianza Cubano-Americana, opina que este hecho es una amenaza económica, política y financiera sobre La Habana.
"EE. UU. ganan dos cosas. Una es la cuestión propagandística de hacia el público presentar la imagen de que es terrorista. Y segunda es que por ley, la inclusión en la lista del terrorismo conlleva ciertas consecuencias en cuanto a lo que no se le permite comerciar con este país y un acceso limitado, negación absoluta del acceso a los fondos internacionales financieros y demás consecuencias", considera el experto.
Luis Rumbaut asegura que "por el mero hecho de colocar al país en esta lista ya aplica un minibloqueo comparado con el que tiene contra Cuba, pero inmediatamente ya aplica un bloqueo. Y es una manera de controlar y de hostigar a otro país de mantener una palanca, una espada de Damocles sobre la cabeza del país, con una amenaza económica y política y en todos los sentidos. Es muy conveniente y muy fácil para los EE. UU. simplemente colocar la ficha y ya está".
Mientras tanto, el Gobierno de Venezuela también se mostró contundente a la hora de condenar el informe anual estadounidense sobre terrorismo, en el que Washington reprocha al país bolivariano su escasa implicación en la lucha antiterrorista.
Tomado de Actualidad-RTV