Que los filos son algo que me ha gustado de siempre no es nada nuevo. Sí que es cierto que no creo haber hecho mención antes a este tema en el blog, así que qué mejor forma de hacerlo que aprovechando el regalo del Día del Padre de este año: un cuchillo de cocina, pero no uno cualquiera.
Aunque a excepción de éste, el resto de filos que tengo son cuchillos de montaña y navajas (casi todas sin estrenar debido a las restricciones legales que tenemos en España sobre su uso), llevaba mucho tiempo detrás de un buen cochillo de cocina. El abanico de posibilidades es infinito, aunque pueda parecer lo contrario, tanto en lo que a tipos como a marcas se refiere.
Empezando por el tipo, que es lo que considero mas importante debido al uso que le quiero dar, me decanté por un cuchillo de tipo japonés, concrétamente uno del tipo Santoku, que en japonés quiere decir "tres virtudes", ya que sirve para cortar, picar y filetear. Digamos que es un todo terreno, utilizado tanto para carnes y pescados como para verduras. No se deben utilizar para carnes con hueso con el fin de no dañar el filo.
Como se puede ver en la foto, la presentación está muy cuidada. Viene en una caja, protegido por una lámina de gomaespuma y encajado en un hueco de un material algo mas duro que la lámina superior. Dada la calidad del cuchillo, si es cierto que he echado en falta un protector para el filo, que incluso si hubiera sido para la hoja entera, mejor que mejor, con el fin de que no se raye ni se si decidimos tenerlo junto al resto de cuchillos.
La hoja es enteriza (no cabía esperar lo contrario) y de acero de Damasco, habiendo sido utilizadas 67 capas de acero del tipo VG10 para su forjado, de ahí las típicas franjas transversales a lo largo de la hoja. El acero VG10, es un nuevo tipo de acero inoxidable, de alta calidad, que contiene un 15% de cromo. El acero de Damasco, se produce utilizando diferentes placas de acero, y una vez terminado, la unión de las mismas se resaltan con ácido, resultando esas características líneas o formas. La mezcla de acero de damasco con acero VG10 se integran mediante una técnica japonesa conocida como Warikomi.
Aquí se puede ver el proceso con el resultado final, que es alucinante, por cierto:
Y por último, tenemos el mango, que ha sido fabricado con Micarta, un material altamente resistente a los golpes y a la corrosión. Es muy ligero y resistente, soporta golpes, humedad y temperaturas extremas. Se fabrica impregnando láminas de tela con resina y sometiéndolas a alta presión.
Para terminar, quiero compartir otro vídeo, en esta ocasión sobre el sistema de afilado japonés de este tipo de cuchillos, para lo que se usan piedras que han de ser mojadas para poder utilizarlas:
Ya sólo me queda probarlo!