Cuéntame cómo se anunció: la historia de la pelota de Nivea.

Por Potoppitta @Potoppitta

¡Era la hostia! Tú estabas ahí, en la playa, llenando tu cubito, maldiciendo con la mirada a todo el que pasaba cerca de tu castillito de arena y no se fijaba que estaba a punto de pisarlo, chorreando crema por todas partes y eras feliz. Pero, de repente, veías que toda la playa se alborotaba, que todos se levantaban y corrían mirando al cielo, chocándose unos con otros. Y ahí estaba, ¡¡había llegado de nuevo!! ¡¡El avión de Nivea descargaba una tromba de balones sobre la playa!! Entonces, sólo  los más afortunados que superaran aquella estampida de energúmenos histéricos, podían hacerse con su gran tesoro: la pelota azul.

Todos hemos tenido una, pero tienen más años de lo que tú te piensas. Sí. Se inventó allá por los años 30 en clara alusión a su packaging de lata redondo. Eso sí, su éxito no llegó hasta los años 50. En esa época, los alemanes se habían recuperado de la guerra y tenían dinero. Como tenían dinero, tenían más coches. Con los coches llegaban las vacaciones y con éstas, ¡las playas! ¿Qué pasó? Pues que ¡en los años 60 se convirtió en todo un icono!… y tú creyéndote que eso había pasado en tus tiempos ¡ay, mangurrián!

Por lo que se ve, lo petaba tanto, que las “caravanas” que llevaban estas pelotas a las playas, a veces, se quedaban sin llegar a su destino porque otra marabunta (imagino similar a la que años más tarde se alzaba cuando llegaban los aviones) las asaltaban para poder conseguir tan codiciado tesoro.

¿Y ahora? Pues lo más curioso que he encontrado es que en 2012 buscaban llegar al Récord Guinness de 15.000 personas sosteniendo un balón Nivea en el aire durante 10 segundos… ¡Qué pena, ¿no?! ¡¡Ya no hay presu ni para que el de Tulipán llegue en helicóptero!!